domingo, 17 de julio de 2011

JORDAN/FRIEDRICH/GERICAULT o de la influencia de los estados anímicos sobre la percepción.

Me he aficionado a leer la revista trimestral EXIT (http://www.exitmedia.net/) me resulta excelente para desarrollar conceptos sobre ideas de proyectos artísticos personales. Su fotografía y sus textos son muy buenos, y los temas a tratar bastante acertados según mis gustos. Pues lo dicho, el nº 24 de la revista, titulado: Ruinas, presentaba en portada una fotografía tal que así:



Chris Jordan, Remains of a house, Katrina's wake, 2005.

Es curioso, porque lo primero que pienso al ver esta imagen, totalmente compuesta por el azar de la desgracia, es que me recuerda a la pintura romántica Mar glacial (o El naufragio de la Esperanza o Esperanza frustrada) 1823-24, de mi artista predilecto, el alemán Caspar D. Friedrich.

Das eismeer. Friedrich. 1823-24. Kunsthalle, Hamburgo.

¿No es acaso esta una imagen también compuesta por el azar de la desgracia? El poder devastador de la Naturaleza nos recuerda una vez más, a nosotros, la raza humana, que ella está por encima de una forma sublime e incambiable. Es inútil luchar. Sin embargo, esta idea tan romántica puede verse fácilmente aplacada por la gran devastación de los medios naturales hoy en día. Cada vez el agujero de la capa de ozono es más grande, los fugas de petróleo en el mar más frecuentes, y hay más activistas de Greenpeace en las calles. Una visión pesimista quizás, pero es que si me he dado cuenta de algo en estos días es que tengo una visión bastante pesimista (aunque a mi me gusta llamarla melancólica y romántica) sobre ciertos aspectos.

Sin comentarle la jugada a mi compañera de trabajo, también historiadora del arte, le enseñé la portada y le pregunté qué veía ella. ¿Su respuesta?

Le Radeau de la Méduse. Gericault. 1819-19. Louvre, París.

¡Claro que sí! La balsa de la Medusa de Gericault, ¿cómo no había caído? el rayo de luz, la ilusión de la esperanza. Ahí fue donde me di cuenta de que mis visiones y percepciones, influenciadas por la mala racha de los días que me venían persiguiendo, eran en cierto modo tajantemente negativas.
Ella había visto la positividad en augue, el resurgimiento de la esperanza, un muchacho que se alza entre una pila de cadáveres y trozos de madera para hacer señales a un minúsculo y casi inapreciable barco que se encuentra a miles de kilometros de allí. Yo había visto la negatividad, el hundimiento de la Esperanza, la muerte y la destrucción.

Es decir, analizando la situación desde un punto de vista de significado obejtivo y a nivel compositivo (aunque esto úlitmo un poco menos porque he hecho trampa al invertir la imagen de Mar congelado para dar mayor entendimiento visual) creo que la fotografía de Jordan tiene el mismo parecido con la pintura de Friedrich que con la de Gericault. En todas ellas vemos desgracias Naturales, situaciones devastadoras para el hombre, imagenes de composición piramidal, ruinas, muertes (te imaginas los cadáveres congelados de los marineros de la Esperanza, como el del hermano de Friedrich muerto bajo el hielo por salvarle la vida en aquel accidente en el lago, como los cadáveres flotantes en el fondo de la balsa, igual que los cadáveres bajo los escombros que ha dejado a su paso el huracán Katrina)...fuerzas negativas que han finalizado en una situación inesperada nada afortunada.  Puede que algún ojo no lo aprecie con claridad, pero en la pintura alemana se encuentra un barco, más bien la popa de él, dicho barco era la Esperanza, y trata la historia de un naufragio real, así como la fotografía de Jordan trata la historia del huracán Katrina.

Sin embargo, si contemplamos el punto de vista subjetivo y humano...yo salgo perdiendo.

"Ars longa, vita brevis"

lunes, 11 de julio de 2011

LA BURBUJA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO

En el 2008, Ben Lewis, ( http://www.benlewis.tv/profile/biography-3/ ) crítico inglés de arte decidió investigar el mercado del arte contemporáneo y su gran burbuja; las entrevistas a los grandes magnates de este mundo y las reveladoras conclusiones que logró sacar fueron emitidas en festivales de arte y la televisión pública en el 2009. En España, el programa de La noche temática, en el canal TV2, dedicó uno de sus episodios bajo la cabecera de: el arte de especular a este magnífico documental.

Se ha tachado en varias ocasiones al arte contemporáneo de repetitivo y comercial, de producto de mercado de compra-venta en masa por coleccionistas, marchantes, galeristas, etc a modo de inversión, y en cierto modo, esto es totalmente cierto.

Existen ya demasiados intermediarios entre la obra y el espectador, intermediarios con muchísimo dinero y con intenciones de obtener aun muchísimo más. Hablamos de casas de subastas, por ejemplo, como Sotheby's ubicada en NY, o Christie's ubicada en Londres. Estos negocios alcanzan grandes sumas de dinero con sus subastas, el registro del año 2007 de Sotheby's fue de la friolera de 1,3 Billones de $. Sí, con B. ¿Por qué?
Por el 2007 y hasta los días de hoy, estábamos ya en una época donde podía olerse la crisis, incluso palparse, pero esto no parecía afectar al mundo del arte que estaba siempre en auge viviendo principalmente de artistas posmodernos como el caso de Andy Warhol o Damien Hirst, donde aun parecía haber mucho jugo que exprimir.
Francis Outred, miembro corporativo de Sotheby's, declaraba ante los activos beneficios del mercado del arte una necesidad de la vida cotidiana. Es decir, NY, la gran manzana donde predominan las viviendas de alto standing, lofts en mitad de la 5ª avenida que deben decorar sus grandes espacios puros y virgenes con obras de arte. "Hay que comprar toda la obra posible, ahora que se puede, ahora que aun pertenece al libre mercado, esto no pasará nunca con obras ya consagradas e innacesibles como es el caso de Tizziano, por ejemplo, ya que sus cuadros pertenecen a museos públicos." comenta en el documental. Obviamente, lo que prima aquí es un impulso de vanidad y posesión, más que un interés artístico. Los buenos tiempos que corrían en el mercado de arte contemporáneo parecia el Renacimiento de la Florencia del siglo XVI, donde todo era nuevo y asequible para los grandes mecenas.

¿Cuándo empezó todo esto? Pues bien, en la década de los 90 un coleccionista llamado Charles Saatchi compró para su galería algo nuevo, a los YBAs, es decir, a los young british artists, gente como Damien Hirst o Tracy Emin, por los que en un principio nadie consagrado en este mundo tradicional, pensaba apostar. El descubrimiento de estos artistas en la exhibición Sensation en la Royal Academy hizo que un montón de coleccionistas se subieran al carro, y en el 2003 ya existía una gran serie de coleccionistas que poseían una gran red de fondos de riesgo en activo.


El tiburón de Damien Hirst

Obra de Tracy Emin


Si debido a esta situación se podía pensar en un principio que la pirámide tenía en la cúspide a dichos coleccionistas y marchantes, en el medio las casas de subastas y las galerías como White Cube, y como base a los jóvenes e inexpertos artistas, no era para nada cierto, y dicho argumento se demostraría unos cuantos años después.

El mercado del arte contemporáneo subía y subía, y en cierto modo no era de manera honesta, sino que se debía a puro interés comercial y económico, lo cual también es normal y no resulta extraño por parte de los marchantes y demás, al fin y al cabo es su trabajo, y no importa tanto para ellos el interés de la obra como el poder sacar partido de ella. Galeristas y coleccionistas mantenían los precios de artistas a los que representaban o de los cuales poseían obra, pujando por ellos en las subastas, de manera anónima, sólo para asegurarse de que las obras se vendían a un precio suficientemente elevado como para obtener beneficios. Y ¿A quién queremos engañar? muchos de estos galeristas y parecidos son hombres de negocios, empresarios que han estudiado económicas o carreras similares, no son historiadores del arte, ni de bellas artes, no tienen fibra sensible para una pieza, no ven colores, ven billetes.


Puja telefónica de la casa de subastas Christie's

El ejemplo más claro es el de la familia Mugrabi residente en NY (en uno de esos lofts que comento arriba, por supuesto) que posee más de 800 obras de Warhol, un 9% de la obra total. Esta excesiva posesión de obras en un particular es posible porque en el mercado del arte, a diferencia de otros mercados como el del cobre o el petróleo, no existe una ley que proteja contra las practicas monopolistas, por lo tanto, se puede tener el dominio del mercado en un producto. Este es el caso de la familia Mugrabi, quien argumenta ante estas acusaciones por parte de otros interesados que Warhol es su artista, poniendo un énfasis especial en eso de SU artista, no como una pasión al arte de la obra, sino como pasión al monopolio del dinero que genera la obra de dicho artista aun hoy en día. Es decir, si se quiere hacer una exposición monográfica de Warhol se va a tener que acudir a solicitar préstamo de obra a la familia Mugrabi que seguramente prestarán encantados ya que por dicha acción recibirán una suma de dinero, para esta gente no se hace un acto así de manera altruísta, no nos engañemos. Es más, con tal porcentaje de posesión de un mismo artista lo único que se asegura en el mercado es que o bien los precios se mantengan, nunca que bajen, o bien todo lo contrario, que suban y si alguna persona que no pertenezca a la familia Mugrabi quiera conseguir un Warhol que pague por él el precio que a la familia le parezca suficiente.


Autoretrato. Warhol.

Jackie, Warhol, 1964.

Para evitar este tipo de situaciones es donde entran en juego las casas de subastas. En realidad todo es una lucha y un apoyo contínuo entre los peces gordos de siempre. Es un hecho contradictorio, pero casas de subastas, galeristas, marchantes, mecenas, coleccionistas, etc no pueden sobrevivir los unos sin los otros, pero al mismo tiempo deben hacerse competencia para poder barrer un poco más hacia casa.
Sotheby's, siguiendo esta argumentación anterior y para evitar el monopolio de obra por algunas familias, pero en realidad, sólo para sacar más dinero para ellos mismos, empezó a realizar préstamos a sus compradores. El 11 de noviembre de 1987, en una de sus subastas, Sotheby's ofreció un prestamo de un poco más de 26.500.000 $ para la venta de un Van Gogh a un cliente, para luego obtener sus beneficios en el cobro de intereses. Ante tal acto, se llevó a cabo una investigación por parte de los agentes de mercado, dirigida por Richard Brosky, y se acabó prohibiendo ejercer a las casas de subastas este tipo de préstamo directo, no obstante, se pudieron ofrecer otro tipo de prestaciones.


Subasta de Sotheby's

De repente, algo ocurrió, Jim Chanos, hombre de grandes negocios, gestor de fondos y inversor en bolsa, vio venir el crack de las casas de subastas, y empezó a vender acciones de Sotheby's a precios muy bajos. Mientras, Sotheby's negaba dicha crisis, pero para atraer clientes ofrecía al vendedor por sus grandes obras, un precio mínimo garantizado, tanto si la obra se vendía en subasta como si no.
La crisis se veía venir, y en parte se debía a gran manipulación que había detrás.
Una burbuja en su primera fase sube por si sola, por la novedad, esto hace que suban los precios, la gente siempre quiere comprar la ultima tendencia, la moda de lo nuevo, pero si se suben los precios se alimenta una deuda y un apalancamiento. Cuantos más créditos pide la gente para la adquisición del producto, más tiempo puede aplazar los pagos, si se pide más dinero del que se puede pagar, los precios seguirán subiendo. Josh Bear, escribió sobre la manipulación en las casas de subastas y los coleccionistas, del mercado en general, en su medio Bear Faxt, exponiendo en una grito que llamaba a la atención del ciudadano de a pie que eran ellos quien financiaban el arte. La gente normal que va a los museos en un acto de interés cultural debe saber que los coleccionistas privados ceden obras a instituciones públicas o construyen sus propias fundaciones privadas porque eso hace que cuanto mayor sea la cantidad, y más cara la obra que donen eso desgrava! y mayor será el ahorro en el pago de sus impuestos, impuestos que acabaremos pagando personas como tú y como yo. No es por amor al arte que se hagan donaciones a los museos o se construyan nuevas sedes...(esto me hacen pensar en el nuevo museo Thyssen de Málaga, pero no voy a decir nada porque no sé lo suficiente)

Aun así, el punto de inflexión debe darse por alguna parte. Si la gente no compra Sotheby's, por ejemplo, se arruinaría bajo sus propias deudas de garantías de obras que no pueden vender, y los coleccionistas y marchantes se tendrían que comer con patatas fritas el grandioso stock de obras de artistas por los que un día decidieron apostar.

Ahora la pirámide de la que antes hablaba está invertida. Es el artista quien ocupa la cúspide, quien tiene bajo su yugo a galerías y marchantes, y este hecho lo demostrará irónicamente Damien Hirst.
En 2007, Damien ya tenía 6 talleres por todo el mundo con más de 150 asistentes que se encargaban de llevar a cabo la realización de sus ideas artísticas en serie. Hirst se atevió a realizar una subasta monográfica de su propia mano, manteniendo a galeristas a parte, sin representación ni intermediarios, marginó a quien en sus inicios habían sido sus mecenas, quien poseían la mayor parte de sus obras, dando así a entender que él no necesitaba del mantenimiento del mercado. Morder la mano que te alimento puede ser un grave error, sin embargo, a Damien no podría haberle salido mejor. Espero a que el mercado no se encontrara en su mejor momento y sacó la subasta adelante con sus medios para poner a prueba a dicho mercado. Pujarían por él sus marchantes, galerístas y coleccionistas que poseían stock de su obra aunque los hubiera traicionado? Que remedio les quedaba, no iban a a permitir que su producto decayera, ¿qué harían entonces con todo el stock y el prestigio? Pujarían por él nuevos inversores y clientes? Se sostendrían los precios? SÍ  a todas las preguntas. Fue un éxito total en que cual se recaudaron 200.000.000 $. Todo esto era como el Titanic, el barco se hundía a causa del choque con el iceberg y la banda seguía tocando hasta el último momento. Hirst hizo algo aquí extremádamente inteligente, se llevó el 100% de beneficios en cuanto a obra vendida y además consiguió que le pagaran sus marchantes al pujar un dinero extra para mantener su propio mercado. 


Por el amor de Dios. D. Hirts
Aunque la avaricia rompe el saco. Cuando Hirst lanzó al mercado su obra "Por el amor de Dios", un cráneo real recubierto de diamantes valorado en 100.000.000 $, se traspasó un límite que ni sus más fieles compradores estaban dispuestos a aceptar. No obstante, hubo manipulación de nuevo, se dijo que la obra se había vendido por el precio establecido a un consorcio de inversores, pero un año después se declaró que el propio artista, el director de la galería F. Dunphy, y otro imporante galerista J. Joplin, poseían el 50% de la obra. No contento con saber sólo estos datos, Ben Lewis, filtró a la prensa una lista con precios de las obras en stock que poseía la galería White Cube de dicho artista. Esto fue un escándalo, puesto que la galería aseguraba que en cada exposición se vendía todo el producto y que habían listas de espera para comprar una obra de Hirst, cuando en realidad, sumando los precios del stock se asentaban ante 100.000.00 $ de posibles pérdidas.


En octubre y noviembre del 2008 las subastas decayeron públicamente, y los grandes magnates se vieron claramente afectados. Mugrabi intentó vender 30 obras de SU queridísimo artista Andy Warhol, aunque si las vendía seguramente sería a un precio más elevado del que las compró y seguramente luego planeaba recuerpar las que pudiera, pero aun así se veía claro que el amor que estos hombres proclamaban por los artistas no era más que el amor a su bolsillo.
Las subastas fueron tan malas que se incrementaron las deudas incobrables, y las empresas como Sotheby's optó por realizar subastas más pequeñas, no dar préstamos, y reducir un 25% de su plantilla. (Encima la culpa la pagamos los trabajadores) En febrero del 2009, Sotheby's tenía un crash del 75% en sus ventas que se reflejó como el epitoma de la vanidad y la locura del arte contemporáneo.

Resultó que todo este mercado del arte reveló de por sí la gran verdad que se escondía detrás. Fue como el final de "El mago de Oz" cuando se corre la cortinita y se ve a un hombrecillo tocando el órgano.



Aquí os dejo en enlace donde podéis ver el documental entero subtitulado al español.



"Ars longa, vita brevis"