jueves, 24 de marzo de 2011

WAY OF LIFE

Yo quería el típico "American way of life", lo juro, si me lo dieran ahora hasta lo cogería. Quería una bonita casa, un marido que me amara fielmente hasta la eternidad, tres preciosos hijos, un televisor grande y un perro. Pero ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que siempre habías imaginado será la que nunca llevarás?, y lo sé, no la llevaré. ¿Por qué? pues porque no viviré en una casa, porque el amor fiel (abreviando mucho) no existe, y porque siempre me han gustado más los gatos. Empiezas a considerar que las cosas quizás podrían ir de otra manera, una que no hubieras imaginado pero que de repente se hace atractiva y palpable.
No sé si me casaré, pero sí sé que seré madre, aunque no de mi marido, de un amigo, un buen amigo de hace muchos años, uno que escalará montañas junto a mí. Hemos decidido que si es niña se llamará Julieta, aunque seguramente cambiemos de opinión de aquí a que nazca.  Tendré una moto, a poder ser una Harley, del dinero de no pagar una hipoteca. Viviré en Londres, París y NY durante un tiempo, lo justo para no sentirme del lugar y no perder la sensación de que estoy viajando. Seré buena en mi trabajo, pero lo cambiaré constantemente. No vestiré de Maximo Dutti a los 30, y los tacones nunca se me darán bien, admitámoslo. Tengo mi propia visión de la feminidad. Y escucharé R&R toda mi vida.
Estaré sola en muchos momentos, pero no me faltará compañía cuando realmente la necesite. Y cuando sea vieja y mire hacia atrás diré: "no ha estado mal", mientras acaricio a mis gatos.
Esta es la vida que yo elijo, porque puedo hacerlo, porque quiero hacerlo, porque realmente nada me lo impide.

Choose life.



"Ars longa, vita brevis"

martes, 22 de marzo de 2011

FUNDACIÓN FRANCISCO GODIA presenta: De Luca Giordano a Goya. Pintura del siglo XVIII en España.

La Fundación Godia, ubicada en el corazón de Barcelona, es clasificada en su tríptico como una de las colecciones privadas más importantes de España, no tengo el suficiente conocimiento del resto de las colecciones privadas de España como para discutir esta afirmación, pero en lo que a exposiciones temporales se refiere (al menos en esta ocasión) creo que pierde prestigio.

Francisco Godia Sales (1921-1990) era piloto de Fórmula 1, pero decidió invertir en arte, todo el mundo sabe que eso es un acto seguro y rentable con el paso del tiempo. No me parece mal que exista el coleccionismo privado siempre y cuando se exponga en sala, es decir, eso de tener un Picasso en el baño sólo para recordarse a uno mismo la ingesta cantidad de dinero que posee con la cual se puede permitir ese tipo de “lujos”, no, eso no. Es cierto que según que colecciones privadas nos ayudan a dar a conocer la conservación del patrimonio cultural, sí, pero un museo también, y algunos por menos de 5,50 € la entrada, pero repito, no estoy en contra en absoluto.

Encontrar críticas constructivas en Internet sobre una Fundación como esta es difícil, por ya no hablar de las negativas, de hecho, las he buscado y no ha habido suerte. Sólo he encontrado información cedida por la propia Fundación y un blog de crítica de arte de una administrativa-contable que aseguraba que lo Divino existía y se encontraba dentro de esta sala, no haré comentarios al respecto. Miento. Sí los haré, porque yo escribo como ser individual y no he recibido ningún tipo de donativo económico para hacer quedar bien a nadie.

La verdad es que el tema de la exposición era acertado y muy interesante. El siglo XVIII no está lo bastante reconocido (el recargado rococó parece que asuste y etiquete de bizarro), y mucho menos estudiado, y no cabe decir ya en el caso de España. Los prestadores eran de admirar, nombres como el Museo Nacional del Prado y el Thyssen-Bornemisza de Madrid. Entre las piezas expuestas se encontraban dos Goyas, un Luca Giordano, e incluso un Tiepolo; sin olvidar a los que se supone que eran los reyes de la exposición: los nombres españoles Acisclo Antonio Palomino y Francisco Bayeu, como algunos de los artistas más conocidos en su época. Sin embargo, algo falló.
A lo que íbamos, en este recorrido desde el barroco al romanticismo por estos pintores de corte, según su comisario José Milicua, se trata de recalcar todo el legado de la pintura del siglo de Oro español, es decir, un segundo término del siglo XVIII mitológico, religioso, realista y galante.

En lo que se refiere a la exposición en sí, en materia me fue pobre, había pocos cuadros para los que realmente se podrían haber expuesto según considero los fondos de varios coleccionistas privados y los museos prestadores.

Pero la gota que colmó el vaso fueron las instalaciones. El espacio era amplio pero estaba muy mal distribuido en tres salas continuas, y este problema ocasionó que el grupo de estudiantes adolescentes que habían venido a ver la exposición hicieran un ruido y murmureo que se escuchara desde la tercera sala estando ellos en la primera. Eso por no mencionar a la guía que literalmente hablaba (por no decir gritar) a pleno pulmón de manera muy efusiva a dichos estudiantes. Y yo me pregunto ¿una fundación privada no puede permitirse unas audio-guías? Si alquilan salas, cobran por hacer talleres a mayores y pequeños, cobran por las entradas de grupo, cobran de la tienda de regalos, etc, en serio, ¿no se pueden conseguir unos medios para respetar el silencio que las exposiciones se merecen? Si hay algo que me molesta en una exposición es que la gente hable, y lo que me avergüenza ya es que esa gente mayoritariamente sea personal del mismo museo o fundación. Por otro lado debo comentar la ausencia de vigilancia en la sala, cámaras sí, personal de seguridad ninguno, aunque no me extraña, ¿si no tienen ni para audio-guías como van costearse un guardia? Prosigamos, no todo tenía que ser malo. La luz era buena, el sistema de iluminación no incidía directamente en la obra, lo que hizo que los cuadros pudiera verse sin reflejos, (hecho que cuesta muchísimo normalmente) pero no todos. La joya de la corona que daba imagen al cartel expositivo, el Venus y Cupido c. 1754 de Corrado Giaquinto, era imposible desde cualquier ángulo (probé varias perspectivas, pues no todos los cuadros deben mirarse siempre sólo frontalmente) ver el rostro de la ¿bella? Venus. Por otro lado, la exposición carecía de cualquier medio audiovisual (las nuevas tecnologías nunca vienen mal, quizás alguna presentación que acompañara y mostrara un poco la evolución histórica que se intenta transmitir en las salas) y de cualquier medio de descanso, no había ningún lugar donde sentarse si se deseaba contemplar con detalle la obra o simplemente dejarse caer. Aunque ésta no es una falta grave, pues era una exposición de recorrido corto y breve, no era realmente necesario.

Mi puntuación va a ser un 5. El tema era interesante y profundo y había medios para poder haber conseguido un resultado mejor, sin embargo, la sensación fue de exposición montada en dos días, y ni siquiera con lo justo y necesario. Una fundación privada que está especializada en el siglo XX, la pintura modernista, el arte medieval y la cerámica, quizás (y digo quizás, siempre con la duda y para no ofender, desde mi humilde opinión de historiadora del arte) cojeó en algo que no entraba en su categoría.

De Luca Giordano a Goya. Pintura del siglo XVIII en España.

De 09/11/2010 hasta el 28/02/2011

FUNDACIÓN GODIA

C/Diputación 250, Barcelona.

932723180.

De lunes a domingo de 10 a 20h. Martes cerrado.





"Ars longa, vita brevis"

miércoles, 16 de marzo de 2011

BEAT ME

Ginsberg, Kerouac, y Corso en Greenwich Village, NY, 1957. © Bruce Davidson / Magnum Photos

“Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas, histéricas, desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz”

Aullido, Allen Ginsberg.


Eran los 50, y el Rock & Roll estaba haciendo "chup, chup" en la olla, pero el Jazz era el rey, y por supuesto, que no falten las drogas y el sexo, que nunca vienen mal.

La "Beat Generation", de la que destacaremos los nombres de Kerouac, Ginsberg y Burroghs, entre muchos otros, fueron las semillas del cambio de la sociedad estadounidense de una década, precursores de lo que sería el movimiento hippie y el desmadre Woodstock.

Las influencias de la filosofía oriental, los viajes, la sensación de libertad, de nuevos conocimientos, del sonido de la música...fueron los sentimientos que mecieron la cuna de obras como On te road (de la cual cogí prestado el título para cabecera de mi blog), Howl y El almuerzo desnudo.

Formas de pensar y de vivir que escandalizaban a la recatada América del "way of life", pero que sin duda se encaminaban hacia grandes cambios. Talento no les faltaba, Kerouac se dice que escribió su libro en una sola noche, y Ginsberg quién sabe si fue uno de los primeros en hacer poesía performance al improvisar algunos de sus poemas y grabar su voz para luego transcribir sus palabras. Después Bukowski y el resto es historia.



"Ars longa, vita brevis"

sábado, 12 de marzo de 2011

BERLÍN


DÉSENCAHTÉE, P.Berlín. 2011. Barcelona.
Jersey largo, piernas desnudas,
pies descalzos, en duelo.
El muro ha caído.

Suelas que han pisado
lugares extraordinarios.
París, Escocia, Roma,
Estambul...de todos me toca
despedirme hoy.

Compañeras de viaje,
carácter y personalidad,
han sido años y años
por sólo 50.

Teneis la piel desgastada
y arrugada.
El color se desvanece, como
si lo hubieran borrado las gotas de lluvia.
Teneis hambre,
sois viejas.
Teneis alma aun siendo un trozo de cuero.

He intentado salvaros,
pero me han dicho que no había nada que hacer,
que os estabais desintegrando poco a poco.
Aunque cosieramos algunas cicatrices
era un caso perdido. Esteosporosis.

No voy a desprenderme ya de vosotras,
no al menos en un tiempo.
Pero, hoy en día todo es sustituible, ¿no?
No hay nada que no pueda conseguir con otros 50.


"Ars longa, vita brevis"

viernes, 4 de marzo de 2011

FOTOGRAFÍA PERFORMANCE

FRANCESCA WOODMAN


Es curioso cómo se puede aprender en unos meses cosas que no se han aprendido en 4 años... como fluye la sabiduría y la curiosidad cuando el tiempo no empuja. Empecé la carrera de Historia del Arte siendo una medio-ignorante, y hoy en día lo sigo siendo, pero de manera muy distinta, ahora soy medio-sabia, que es la otra manera de mirarlo. Antes no conocía, hoy conozco, sé, busco, encuentro, miro, escucho, aprendo y retengo, y cada día cosas nuevas y mejores. Debo gran parte de lo que soy a la curiosidad y la constancia, y a unas cuantas almas caritativas que se han apiadado de mi durante el camino y me han ido iluminando y aun siguen haciéndolo. A todos ellos, gracias. "Lo que conocemos es una gota de agua, lo que desconocemos es el océano". En todo caso...a lo que íbamos.
Entre muchos de los miles proyectos en los que estoy metida, uno es el de desarrollar mi capacidad fotográfica, y quizás llevarla hasta el punto de poder denominarme: fotógrafa performance.
Es aquí donde entra en juego (entre muchísimas otras cosas y otros nombres) Francesca Woodman. Pues bien, esta joya de fotógrafa la descubrí dejándome ilustrar mientras tomaba un café.


Woodman vivió rápido y dejó un joven cadáver, y mucha obra detrás de él también (se sabe que su familia posee un archivo de más de 800 fotografías de las cuales quizás sólo se han expuesto unas 120). Nacida en un seno artístico (sus padres son los artistas Betty y George Woodman) Woodman fue influenciada por sus padres, estudió en las mejores academias de arte de EEUU e Italia, tuvo buenos amigos...pero aun así no fue suficiente. Poco antes de cumplir los 23 años decidió acabar con su vida lanzándose desde una ventana en Manhattan.



Su historia personal sería asunto separado o meramente complementario, de no ser por el carácter autorreferencial de toda su obra, consistente casi exclusivamente en retratos tomados de sí misma en cuidadas sesiones, fuertemente teatrales. En ocasiones retrata a modelos que indirectamente la representan, ya sea duplicando y triplicando sus poses, o cubriendo sus rostros con el rostro impreso de Francesca.
Se sabe que fue influenciada por creadores como Duane Michals y Ana Mendieta . Su obra refleja el denso clima onírico, los inusuales ángulos de toma, el maduro dominio del tiempo a través de las figuras movidas o desvanecidas, el manejo del espacio y su expansión mediante estratégicos espejos, pero sobre todo su capacidad para mostrar su propia desnudez sin importar moralidad y eludiendo el exhibicionismo. La búsqueda de la propia identidad, la incomunicación a través del lenguaje…pueden llegar a hablar de los fantasmas de todos.

En el Film Forum de Nueva York se estrenó el documental The Woodmans dirigida por C. Scott Willis y producida por Lorber Films. La película documenta su obra a través de testimonios y entrevistas a los miembros de la familia (los padres y su hermano mayor), amigos y estudiosos de su obra.

--------------------

Convencidos de la necesidad de un contacto más estrecho entre el arte y la vida, y en su afán por contrarrestar las crecientes imposiciones mercantiles sobre la obra de arte, algunos artistas comenzaron a utilizar sus cuerpos como vehículo de sus concepciones artísticas y estéticas. El resultado de esta práctica fue llamado performance, cuyo denominador común es la busqueda de una relación más directa entre espectador y creador a través de la exaltación del cuerpo, sus acciones y reacciones que intervienen en un espacio y un tiempo específicio.
Hay miles de formas y medios de ser y desarrollar una performance. Desde la ejecución de un ritual (accionistas vieneses) a la exaltación de un acto cotidiano pueden desarrollar actitudes y situaciones performances que escapan a las categorías artísitcas tradicionales y al concepto de arte como producción de objetos.
Ejemplo de ello fueron los happenings de los 60, que coincidieron con el acto de liberación sexual y la crítica contra el racismo, la homosexualidad, la violencia de género, etc. La performance es en parte la explotación artística del cuerpo. Tu cuerpo y tu alman para el arte.
Con el objeto de prolongar en el tiempo sus actos, los performances empezaron a utilizar el registro fotográfico y el vídeo para documentar sus acciones.
Las prácticas de la foto-performance tienden a privilegiar el registro como soporte antes que a la acción registrada. A veces, no es necesario ni siquiera estar en cuerpo presente, sino dejar una "huella" del acto original. De todos modos, cuando un ser muere, toda fotografía pasa a ser una huella de él mismo.

¿Qué huella podré dejar yo?



"Ars longa, vita brevis"