lunes, 8 de octubre de 2018

DAS IST NICHT BERLIN




N.A: quería decir Caspar David Friedrich en el video, sorry, y que no deja de ser una buena exposición. Estaba un poco nerviosa y ha sido improvisado. PERDÓN POR LA RESOLUCIÓN DEL VIDEO PERO HE TENIDO QUE REDUCIRLO MUCHO YA QUE SOLO SE PUEDEN SUBIR DE 100 MB

ANGERMUSEUM ERFURT    Web del museo





























"Ars longa, vita brevis"

lunes, 7 de agosto de 2017

MONU.MO.MENTE. Exposición colectiva. Erfurt, Alemania.

Monu.mo.mente 29/04/17, Retronom Gallery, Erfurt, Alemania. 

Exposición Monumomente











No es descriptible con palabras la sensación que se experimenta cuando alguien se detiene frente a una obra y emplea unos minutos de su valioso tiempo de vida en observar algo que tú has creado.  





En Barcelona, mi ciudad natal, sólo he expuesto un par de veces obra mía, cosa normal, soy una creadora (por desgracia) de humo ilusionista más que de obra materialista. No obstante, ese par de veces, fueron exposiciones colectivas con otros artistas y estudiantes de BBAA dónde valoré agradecidamente la oportunidad que se me brindó.
Exponer en Alemania me ha resultado otro escalón en ascenso en la escalera del reconocimiento personal. Esta vez, también ha sido una exposición colectiva internacional, con artistas de todos los niveles y capacidades. Siempre me siento pequeña e intrusa en este tipo de actos. Nunca me acabo de creer mi propio momento. Sea un golpe de suerte o un oportunismo situacional, me alegra mucho haber podido cumplir esta meta de exponer en el extranjero. Lo expuesto, además, era algo que hacía mucho tiempo que deseaba enseñar al mundo. 

Monu.mo.mente es una exposición que trata sobre los momentos y los monumentos, o los momentos monumentales, como se quiera entender. El proyecto demandaba una fotografía de un momento personal en una situación monumental. Algo con una gota de Sindrome de Stendhal que fuera capaz de llegarte a la patata. 
Una experiencia vital frente a monumentalidad de la vida misma. 
Era la ocasión perfecta para mostrar al mundo lo que significó para mi pisar el techo del mundo, hace ya más de un lustro. El Tíbet.





"Ars longa, vita brevis"

jueves, 25 de mayo de 2017

Norman Reedus. Fotografías



Norman Reedus. Fotografías
artevistasgallery/www.artevistas.barcelona
Comisarias: Géraldine Beigbeder y Laurie Dolphin
Exposición del 14 de marzo al 1 de abril 2017



Podríamos utilizar el lema de "Sexo, drogas y Rock&Roll" para describir esta exposición, pero nos vamos a quedar sólo con la parte del Rock&Roll y le vamos a añadir una cámara fotográfica y un poco de talento oscuro.

Norman, al que muchos conocerán por hacer el papel de Daryl Dixon en la famosa serie The Walking dead, es tan rockanrollero y rebeldemente oscuro en su vida real como en la pantalla. Así lo transmiten sus fotografías que han sido expuestas en la galería artevistas de Barcelona. Sus imágenes tiene esa mezcla de una pizca de macabridad y otra de provocación que dan como resultado un punctum sublime de belleza inquietante que lo habrían hecho un gran pintor en la época del Romanticismo del siglo XIX.

Su experiencia como actor, que le hace recrear y dirigir la escena fotográfica, en algunas ocasiones, y la espontáneidad de la imagen casual, en otras, han hecho que sus fotografías hayan sido expuestas en galerías de NY, Berlín, París y Hamburgo, por mencionar algunos ejemplos. 

Su trabajo es poético a la vez que autobiográfico, con una medio fotográfico siempre a mano, Reedus plasma ese lado rebelde de una adolescencia, que en realidad, jamás ha dejado. 


Sub bassement of Maximum Security prision in Moscow-Cooks in the kitchen. 2/21 Edition, 5.000€ (el punto rojo en el cartel de la fotografía significa que ha sido comprada por alguien)

Uno de los autoretratos como motorista más representativos del actor, tomada con su Iphone.

Mingus in a hat, hijo de Norman. NY, 1/21 Edition, 1200 €

Scott Wilson and a giant squirrel. 1/21 Edition. 1700€. vendida

Elevator 1. 1/21 Edition, 1200€






Cabe decir que hubo algún artista más de la galería, oportunista, que intentó hacer de lo suyo con la imagen del otro, y si colaba pues mejor. 






"Ars longa, vita brevis"

domingo, 10 de julio de 2016

PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo.

Hoy me siento un poco aturdida y benévola. Seré breve.

15 € por un cazo de cocina con la palabra PUNK impresa. Menos mal que esto iba de punk y no de capitalismo. Punk hubiera sido robar la taza. Como diría Johny Rotten:"¿Nunca os habéis sentido estafados?"

A buen entendedor, pocas palabras.

No voy a hacer ningún discurso sobre el punk, su nacimiento, su procreación entre diversos sectores culturales, sus lemas,o su (no) muerte. Doy por sentado el conocimiento sobre estos hechos si se tiene interés en la exposición bajo este título. 

Me gustaría destacar positivamente las obras y trabajos de artistas como Raisa Maudit, Jordi Colomer, del colectivo de artistas parisino Claire Fontaine,y DETEXT.

Maudit presenta una pieza de video-arte en la que,a modo de parodia,ella misma es entrevistada hablando irónicamente sobre su éxito en ventas, exposiciones, ferias, coleccionistas, y como se la rifan los galeristas. No obstante, la imagen de la vejación personal es evidente, la prostitución del arte, el humor escabroso...que critica el sistema del arte en un auténtico "no future".
Es esa denuncia irónica y de doble filo por parte del artista que deja ese sabor ácido en el espectador...

Art Global Art Fair, 2012. Raisa Maudit

Colomer, con su obra títulada NoFuture, desarrolla su acción performática paseandose en un coche,con un cartel luminoso de dicho lema, por las calles desiertas de una ciudad en la madrugada, haciendo tanto ruido como sea posible.
Ese estruendo en la calma del ojo del huracán. 

Con una serie de cheques en blanco de las distintas galerías con las que trabajan, el grupo francés Claire Fontaine pone en cuestión la lógica del valor económico otorgado al arte contemporáneo para forzar su destrucción. 
Es ese deseo de acabar con la economía y la falsedad y distinción desproporcionada que provoca una suma irrisoria de dinero hacia un objeto.

Trust, 2010. Claire Fontaine

Dentro del margen de la violencia actual, DETEXT, irrumpe con una escultura formada por casquillos de bala usados en la ciudad de Guatemala. El título, Ikea o muere. Mapa de Guatemala hecho de casquillos de 9mm, replica la proclama " Patria o Muerte" del Che Guevara en una versión globalizada y con una estrategia de cambio de significado que sigue el principio del détournement situacionista. 

Ikea o muere. 2013. DETEXT

El resto es historia expositiva del MACBA.

Exposición del 13 de mayo al 25 de septiembre de 2016.
Comisariada por David G. Torres





"Ars longa, vita brevis"

jueves, 23 de junio de 2016

Postmodernidad incauta = feria de lametazos

Yo quería dedicarme al arte contemporáneo cuando el arte contemporáneo…molaba.

Empezaré siendo honesta. No soy nadie, y quizás nunca llegue a serlo en este mundillo del arte. A-desk y Bonart no me quieren, no les culpo, lo entiendo. No trabajo ni colaboro con ninguna galería, museo, institución cultural o medio de comunicación. Esto es, mi opinión no tiene ningún valor más allá de este blog. Este hecho también me habilita la posibilidad de expresarme libremente. No le debo nada a nadie más que a mí misma. Todo lo que comento es desde mi creencia personal basada en una licenciatura y un máster en Historia del Arte, una experiencia laboral en el sector artístico, y una curiosidad sin parangón por todo lo que transite en los caminos del arte.

Hemos perdido algo en el camino.

Todo aquel que me conoce bien, que son cuatro personas contadas, saben que desde hace tres años estoy deprimida y descontenta con la materia vital. Mea culpa. Me contaron el mismo cuento que a toda una generación, y me lo creí. Creí que cuando finalizara la universidad las instituciones culturales se me rifarían. Tenía 25 años y me había procurado un buen C.V hasta la fecha: cuatro o cinco idiomas, un 10 en la Tesina, y la mejor casa de Subastas de Barcelona, el mejor Museo de ámbito nacional catalán, y una Galería de Arte de renombre con artistas como Ferrer o Fontcuberta, habían confiado en mí durante mi formación. Alguien tenía que querer contratarme…ingenua de mí. Hay demasiada competencia fuera buscando exactamente lo mismo. Tuve la suerte de acabar en Turismo cobrando más de 1000 euros, no me quejo (sólo algunos días). No me gustaría haber caído en las garras de la precariedad de Ciut’art, Fragment, Magma, o Expertus, entre otras empresas de servicios culturales.
A los 25 hubiera hecho casi cualquier cosa por trabajar en una institución cultural, no descarto la idea hoy en día, pero acoto márgenes. Estas palabras no le gustarán a todo el mundo, algunos me dirán que estoy tirando mi carrera por la borda, que estoy arrojando piedras sobre mi propio tejado, que no hay que ir a por los peces gordos. A lo que yo respondo que, a los peces gordos no les intereso en absoluto, y que por otra parte no soy una lameculos. El mundo del arte contemporáneo de hoy ya consta con un gran círculo de sicofantes, y de canapés. Esta “feria de vulgaridades” se basa en ver quién la dice más gorda y a quién le aplauden y pagan más por ello. Llamarme romántica pero estas cosas con Duchamp no pasaban, NO de este modo. A pesar de lo que se pueda pensar, Duchamp sabía muy bien lo que hacía. No digo que hoy se hagan Duchamps, eso no tendría sentido, digo que se haga arte libremente pero intuido, escuchando al pasado, y constatando en el presente un futuro.

Hace un mes, aproximadamente, recibí una invitación de una persona enrolada en el mainstream barcelonés. Era un buen contacto, me alegré por ello, así que la acepté. Para mi sorpresa, me invitó a una múltiple inauguración artística, expositiva y performática. Tuve que pedir un día libre en el trabajo para poder asistir, pero pensé que merecería la pena.

La exposición se desarrollaba en la galería ADN de Barcelona bajo el título Buenas Intenciones, y presentaba algunos de los trabajos de la artista Nuria Güell. Aunque Güell sea la hippie de una familia, por parte, creo que, adinerada (tuve la casualidad de sentarme justo delante de un familiar suyo en el autobús fletado por ADN y oír algunos comentarios. No quiero decir con esto que la artista disponga de ingresos financieros por parte de su familia para realizar su carrera artística, ni nada por el estilo, que quede claro), sus trabajos artísticos que abordan la política, lo territorial, lo financiero y lo moral, y siempre moviéndose entre el margen de lo legal y lo ilegal confrontando los dispositivos de poder, me parecen sumamente interesantes. ¡Chapeau!, para lo que se ve hoy en día. Es una exposición que recomiendo, con obras que invitan a la reflexión como Ápatrida por voluntad propia (2015) en la que se plantea la desidentificación con la estructura del Estado-Nación y el rechazo a la nacionalidad como construcción indentitaria impuesta, abogando por adoptar un estatuto de apátrida. O la obra que presenta el mismo título de la exposición, Buenas intenciones (2016), donde se compró antigüedades sirias que tienen valor patrimonial con la intención de evitar su desaparición, y devolver a posteriori las piezas a su país de origen, para que especialistas y conservadores sirios se ocupen de su preservación. No obstante, el tráfico de la compra-venta de patrimonio cultural es en cierta parte ilegal, y está dirigido, en algunos casos, por grupos terroristas o símiles, que sacan de ello sus principales vías de financiación para la guerra. Así pues, ¿qué sucede cuando una buena intuición deviene mercancía?

Buenas intenciones. Nuria Güell, 2016

Pieza comprada. Buenas intenciones. Nuria Güell. 2016

Apátrida por voluntad propia, Nuria Güell, 2015

El acto performático, sin embargo, fue otro cantar. Bajo el texto No estuve en New York, los artistas mainstream, capitaneados por un comisario mainstream, presentaban un acto parateatral algo previsible. Durante apenas diez minutos, se narran una serie de experiencias ajenas, en la ciudad de NY, en los años ochenta, referenciando a lugares míticos y personajes característicos de la época, como Andy Warhol. 
El trasfondo puede estar bien. Hay caldo de cultivo como para que el asunto hierva, chicha apropiacionista postmoderna, pero no acaba de arrancar. Quizás es el aire que fluye en el ambiente. Quizás es la pantomima de las actrices arrebatándose una peluca la una a la otra, o la entonación de las palabras, quizás las dos horas de canapés y lametazos posteriores al acto, o el olor a hípster y snob que destila la sala. El postureo de la época post-postmoderna. Quizás es que yo me esperaba un debate con discurso, sí, algo más de enjundia, quizás sea eso.

Fue un acto divertido y entretenido, sí, un acto artístico, para mí, no. Un acto que merezca aplausos, para mí, de nuevo, no. Aunque, aquí es donde aparece la mejor arma de algunos ejemplos de arte contemporáneo, la legitimación. Todo es legitimación. Si se presenta un qué, un cómo, un dónde, un quién, un medio, y, en ocasiones, alguien dispuesto pagar por ello, está legitimado y por lo tanto, entra en el circuito. Ésta obliga a una inmediata aceptación a ojos cerrados y limita bastante los parámetros de la crítica, de la sincera crítica.

Otra cosa son las consideraciones personales de cada uno de lo que creamos lícito representar como arte y lo que no, eso ya es otra historia, la historia que yo expongo aquí, que no deja de ser una opinión personal basada en experiencia y conocimientos.

Performance, No estuve en NY, 2016

Bien, no tengo nada contra esta gente, estoy en contra del chiringuito montado alrededor, eso es todo. Tuve que pedir un día libre en mi trabajo para acudir a una nave industrial, alejada de la mano de Dios, eso sí, en Sant Cugat (guiño, guiño) para ver a dos mujereres peleándose por una peluca mientras comentaban en tono de burla que no estuvieron en New York, cuando New York, molaba. Luego mantener la compostura ante un vernissage post inauguración, de ambiente opulento, lleno de halagos y apariencias, mientras contemplaba las agujas del reloj y engullía canapés.
Definitivamente, yo no estoy hecha para ese mundo, canto como una almeja, no es mi margen de movilidad en el mundo artístico. No sabía a qué comentarios atenerme, así que mantenía una sonrisa amable y un cigarro en la calle al aire fresco. Defiendo una pérdida de interés total ante este mundillo, lo confieso. Disfruto mucho más tomando una cerveza con según quién debatiendo y argumentando un discurso teórico-artístico. No sabía que me metía en la boca del lobo, aunque a estas alturas podría habérmelo imaginado. No importa, sé que se me culpará a mí de todo esto, de no haber sabido aprovechar la oportunidad para comunicarme con la gente que había en el acto, de ser una resentida con el mundo laboral del arte, de ser una incauta,  de no haber sabido entender el "discurso" de la obra...

No obstante, no hay mal que por bien no venga. Quizás como dice mi buen amigo P. un día todo esto me sirva para escribir mi propio texto: Cuando yo quería dedicarme al mundo del arte contemporáneo porque pensaba que el mundo del arte contemporáneo molaba. No es el arte, él no tiene la culpa, es la casta. Soy consciente de que me quejo de algo que ha existido siempre en el mundo del arte, de una manera u otra, pero tener que aplaudir según qué cosas por convicción para que algunos se vayan a casa pensando que aquello ha merecido la pena, no me hace sentir cómoda. No quiero alimentar la mentira de la legitimación del arte contemporáneo ni la feria de las vulgaridades.

En definitiva, respeto la obra porque está legitimada, pero no conecto con ella.


Gracias Irene. Gracias P.




"Ars longa, vita brevis"

miércoles, 9 de diciembre de 2015

+HUMANOS. El futuro de nuestra especie

En colaboración con Alberto Huélamo.
Graduado en informática y posgrado en Data Science.



¿Cuántas veces se ha dicho aquello de “la realidad supera la ficción”? La ciencia y la tecnología han permitido el progreso de la humanidad de una forma incomparable. De mayor o menor forma, pero siempre in crescendo, se ha dependido de ellas. La población está más que curtida literalmente, Asimov y Gibson, entre otros, y cinematográficamente, desde Blade Runner (1982) a Terminator pasando por una infinidad más, de tratar los límites entre el humano y la máquina. No obstante, ¿Hasta qué punto se es consciente de la realidad en la que se habita, de cómo afecta ésta al entorno, de las relaciones que se mantienen entre humanos, de lo veloz que avanza la tecnología, o de cómo cambian los cuerpos y las mentes?
¿Se evoluciona hacia un posthumanismo? ¿Dónde finaliza la necesidad y empieza el deseo?

A través de pioneras propuestas de investigación esta exposición, exhibida por el CCCB y organizada por el Trinity College de Dublín, dividida en cuatro apartados, explora las incógnitas de un futuro, quizás no muy lejano, dominado por los últimos avances tecnológicos y biológicos. De la compenetración entre los experimentos científicos y la era digital nace un nuevo camino para la especie lleno de posibilidades evolutivas. +Humanos aborda estos temas de manera artística y divulgativa, siempre con el ánimo de generar un debate que nos haga pensar qué implicaciones existen en el continuo bombardeo tecnológico en el que se encuentra el hombre.

El primer apartado trata sobre las capacidades aumentadas ¿Quién no ha soñado nunca con mejorar su condición física superando los límites de la naturaleza? El concepto ciborg define al ser humano compuesto no sólo de elementos orgánicos, sino también de dispositivos tecnológicos, un organismo cibernético. Neil Hairbisson fue el primero de la historia. Nació con acromatopsia, es decir, la incapacidad de distinguir colores. Decidió incorporarse una antena en su cabeza que transforma las frecuencias luminosas en sonido y le permite escuchar un espectáculo luminoso de colores. La antena forma parte de su identidad. Hasta ha creado una app para Android llamada Eyeborg que permite a cualquiera experimentar parte de lo que vive. Junto a Moon Ribas, coreógrafa que se incorporó un parche vibrador que responde a los movimientos sísmicos de la Tierra, fundó  la Cyborg Foundation, que ánima a los humanos a convertirse en ciborgs, al más puro estilo cyberpunk como narra el film Johnny Mnemonic (1995).

¿Puede una prótesis responder a algo más que cubrir la falta de un miembro del cuerpo? Cuando se piensa en una prótesis viene a la cabeza una imagen poco estética sobre un trozo de plástico hospitalario adaptado a un cuerpo tullido. Nada más distinto de la realidad es lo que se plantea aquí. Hay empresas que se dedican a realizar prótesis lowcost hasta lujuriosas y personalizadas prótesis que incluyen sistema de carga de dispositivos mediante usb. Estas capacidades que aportan, exceden las de un humano corriente, pero no aportan a priori nada negativo. Aun así, ¿en qué momento estas capacidades aumentadas harían sentirse superiores a aquellos que las tuvieran o inferiores a aquellos que no? En Deus Ex: Human Revolution precisamente se trata esta cuestión. El futuro no esconde al tullido como un desmembrado marginado, sino que lo alza a un ser capaz, evolucionado tecnológicamente y estéticamente aceptado.



El segundo apartado expositivo trata sobre encontrarse con otros. ¿Cómo ayuda la tecnología a interactuar entre nosotros? ¿Hasta dónde pueden llegar los límites de la ética y la moral? ¿Hasta dónde la tecnología puede hacernos la vida más funcional y práctica? Cuando mezclamos los avances tecnológicos en ámbitos tan privados de la vida humana, como pueden ser la maternidad o el sexo, la cosa se complica.

La madre y artista Addie Wagenknech, bajo un discurso feminista, ha creado el controvertido brazo robótico mecedor de cunas. Su idea era facilitar a la mujer el trabajo en casa con sus hijos, pero ¿hasta qué punto deshumaniza al infante este artilugio? ¿Dónde queda el calor humano en esta maternidad robotizada? Induce repulsión cambiar la figura de la madre por una maquinaria y se cree que no hay lugar para algo así, pero el caso es que ya existen mecedoras automáticas.


Las relaciones íntimas, de cualquier tipo, no quedan exentas de la incursión tecnológica. El amor es fundamental para el ser humano, tanto, que algunas empresas han decidido comercializar con él. DNA compatibility test es un kit de venta en EEUU para comprobar la afinidad química y psicológica con tu pareja. El test determina si dos personas serán emocionalmente compatibles mediante una muestra de saliva. Instant Chemisry, empresa creadora del producto, ha aniquilado la naturalidad de enamorarse. El romanticismo del siglo XXI ha sido sustituido por un frotis bucal.  ¿Merece la pena basar una relación o el amor hacia una persona en el resultado de un test?
Son muchos los que a veces han experimentado mantener una relación a distancia. No es fácil cuando la persona amada se encuentra a miles de kilómetros y ni siquiera se le puede dar un beso de buenas noches. Es por eso que la industria de los juguetes sexuales Kiiro ha dado un vuelco de tuerca para traspasar fronteras y kilómetros. Se lanza al mercado el kit, para él y para ella, que permite tener relaciones sexuales táctiles a distancia con tu pareja a través de la red. No se habla de cibersexo a través de la pantalla, sino de incluir elementos robóticos, la pregunta es, ¿se tendría sexo con un robot? ¿Es posible tener sexo con alguien sin tenerlo al lado, sin sentir el calor del otro? Siempre hay que contar, además, que estos sistemas no están libres de piratería informática y, por supuesto, de la completa perdida de privacidad, emotividad, seducción, reciprocidad humana…Dejándolo todo a un egoísta flujo unidireccional donde el otro no cuenta, pues no es humano.


La empatía es una característica del ser humano digna de experimentar. ¿Cuántas veces se pregunta a alguien eso de “en qué piensas”? El equipo de Be Another Lab ha creado The machine to be another, un dispositivo que permite que dos personas experimenten las sensaciones y los pensamientos ajenos. Estar, casi literalmente, en la piel de otro. Una instalación interactiva en la que a través de unas gafas de realidad virtual, tipo Oculus Rift, se puede sentir de tal forma que cada uno se observa a sí mismo desde distintos ojos. Al realizar un movimiento, la otra persona verá en su visor ese movimiento en primera persona, lo cual provoca que el cerebro trate de imitarlo. Este ejercicio se ha usado para tratar a través de la empatía casos de racismo, o la ayuda a personas discapacitadas en rehabilitación a sentir sus extremidades e ir mejorando poco a poco. 

El tema de la privacidad también es importante. Se vive en la época de Gran Hermano, y no en referencia al horrible programa de televisión, sino al que hablaba ya George Orwell en su delatadora novela 1984. Una de las instalaciones de la exposición permite que un montón de cráneos robóticos sigan con la mirada a través de sus ojos mecánicos a cualquiera que pase por delante creando una sensación de vigilancia y cierta angustia frente a la privacidad. Es muy incómodo y confuso, uno se siente observado sin que nadie le vea. Se dice que la información es poder. Permanentemente se es vigilado y controlado por espías virtuales. En una época en la que se lleva encima dispositivos llenos de sensores y permanentemente conectados a Internet, el acceso a esa información es más fácil que nunca. Lo cual convierte a las corporaciones que manejan dichas plataformas en dueños y conocedores de muchas facetas de la vida de las personas. A través de las cuentas Google en el teléfono, los GPS, los reconocedores de voz, los pagos con tarjeta, el desbloqueo táctil a través de la huella digital, el registro histórico de la red, Facebook… ¿Cuánta información privilegiada se ofrece a la tecnología diariamente sin darse cuenta? ¿Quién controla realmente todo ese sistema de seguridad que se esconde detrás de estos datos? ¿Merece la pena tanto tracking? ¿Se está dispuesto a ofrecer más de lo que se imagina a grandes multinacionales tecnológicas?



¿Quién no recuerda los famosos juguetes de la primera etapa digital? Todos los niños tenían uno, el primer juguete electrónico que les permitía asumir responsabilidades con otro ser y, además, de una manera divertida. El Tamagotchi. La ciencia da un paso más allá en la creación de la vida: el Tardigotchi. Se trata de un dispositivo de dos semiesferas conectadas que mezcla la realidad virtual con la realidad biológica. Su creador y artista, Matt Kenyon, proyecta el Tardigotchi como una mascota única del resultado de la fusión de un organismo vivo y un avatar informático. Dentro de la semiesfera que representa el tardigotchi se puede observar por un lado la pantalla de LED con el avatar pixelado y por el otro lado un organismo microbiológico vivo. Al Tardigotchi hay que alimentarlo a través de una aguja muy fina que inyecta sustancia para el microorganismo siga con vida, incluso se le puede enviar mensajes a través de un sistema mail.

 http://www.swamp.nu/projects/tardigotchi/


El paso de la especie humana por el mundo está dejando huella. Diseño del entorno, el tercer apartado de la exposición, trata sobre ello. ¿Cómo será capaz el ser humano de adaptase a los cambios que él mismo está causándole a su entorno? La falta de alimentos o el exceso de personas están propiciando nuevas teorías sobre las futuras escalas evolutivas. Sin tanto alimento para tanta gente, el cuerpo humano se debería adaptar a la falta de energía, de modo que, por ejemplo, el tamaño de los cuerpos disminuiría en altura. Incluso han surgido iniciativas un tanto controvertidas para hacer que el ser humano sea capaz de realizar la fotosíntesis. O las abejas, que son responsables de buena parte del proceso de polinización de las plantas. Si se pierden, ¿qué se debería hacer para mantener el ecosistema? Una serie de fotografías de una persona realizando a mano el proceso de polinización ilustran cómo se debería tomar el relevo en ese sentido.

El cuatro apartado se llama la vida en los límites. El ser humano tiende a diseñar su vida hacia las mejores posibilidades que pueda obtener. Se quiere lo mejor de lo mejor. ¿Y si se pudiera elegir cómo nacer o hasta cuándo vivir? Como bien trataba la película Gattaca (1997), lo que plantea la siguiente instalación es la previa concepción de la vida, desde modificaciones en el ADN como modificaciones físicas a los neonatos. Un ser humano hecho a medida para adaptarse a nuevas condiciones de la vida que supuestamente le espera.
Las técnicas de reproducción asistida ya permiten hacer un diagnóstico genético preimplantacional del embrión que se quiere implantar que da información sobre algunos caracteres del futuro bebé, como la elección del sexo, por ejemplo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando se pasa a presuposiciones ante estas modificaciones genéticas? ¿Dónde finaliza la necesidad y comienza el capricho? 
Una de las instalaciones más polémicas de esta exposición, exhibe una ristra de bebés de silicona modificados genéticamente, algunos de ellos para mejorar sus condiciones de vida debido a enfermedades hereditarias y otros sometidos a pura presuposición socio-ambiental. Algunos ejemplos realizados para paliar las enfermedades genéticas son un bebé con uno de los dedos del pie extirpado para la prevención del asma, u otro con una miostomia epidérmica, es decir, un orificio situado en la parte baja del cráneo para la mejor absorción de medicamentos. No obstante, otros bebés disponen de una epidermiplástia térmica, es decir, de un estiramiento de la piel  del cráneo para el posible calentamiento global, una dilatación artificial de las papilas para la mayor absorción de cafeína y el aumento así de la productividad laboral, o una alienación de la nariz y el mentón por pura visión simétrica y estética.





¿Cuánta gente le teme a la muerte? Más que a morir, ¿cuánta gente teme a cómo morir? ¿Qué pasa cuando se muere? Si se cree en ello, ¿A dónde va el alma, o la energía? Una respuesta posible que plantea la exposición es a una pila. Se muestra un ataúd blanco que, en teoría, absorbería la energía restante que se sigue generando poco tiempo después de la muerte y cargaría con ella pilas. Nuestros familiares las utilizarían a su antojo donde creyeran más apropiado: el mando de la tele, el cepillo de dientes eléctrico, o incluso un vibrador.  





De momento, la eutanasia está prohibida en nuestro país, no obstante se ha diseñado una maqueta de una montaña rusa que mediría 500 metros de altura, llamada Euthanasia Coaster, por parte del artista e ingeniero Julijonas Urbonas, que hipotéticamente está diseñada para quitar la vida a una persona dejando al cerebro sin oxígeno gracias a altas fuerzas G y, de tal forma, causar la muerte de sus ocupantes de manera placentera. Movimientos intensos y sensaciones eufóricas hasta la pérdida de la consciencia total. Morir feliz tras un subidón de adrenalina. ¿Por qué no? ¿No es algo bueno ofrecer una forma plácida de morir a alguien que desea quitarse la vida?


Lo único que se puede hacer hoy en día es especular sobre el futuro. Hay que hallar nuevos equilibrios en intervalos de tiempo cada vez más cortos. Mucho de lo que se llama naturaleza lleva milenios atemperada por la intervención humana. Así pues, si todo se realiza bajo un control que satisfaga los límites éticos y morales, y sea una ventaja para el ser humano y la raza del mañana, ¿por qué no hacerlo? Se evoluciona para sobrevivir al medio, aunque irónicamente se altera ese medio constantemente, no obstante, si la ciencia puede ayudar a ser +Humanos, ¿quién dice que no es válido?

No habrá jamás mayor incógnita que el propio ser humano.



"Ars longa, vita brevis"