martes, 27 de septiembre de 2011

TRANS•FORMARE. El misticismo del cambio

“Un poema no existe si no se oye, antes que su palabra, su silencio”
J.A. Valente

“De profundis clamo ad te”



En mayo el Museu Frederic Marès reabrió sus puertas al público, tras el largo período de reforma que se ha llevado a cabo durante un año y medio, con la reestructuración de   la sala de escultura en la primera planta, la nueva colección de armas y una gran exposición, proyecto de estudiantes de Bellas Artes, en la que han participado y que han codirigido los profesores Jorge Egea y Ramón Casanova. El trabajo de ocho artistas vinculados al equipo Confluencias ( The Crossings Lab) de la Universidad de Barcelona se muestra aquí el fruto de la experiencia de haber permanecido durante el período de transformación en las entrañas de un museo en tránsito e innovación. Sus obras, realizadas con diversas técnicas que incluyen la pintura, el dibujo, la reinterpretación escultórica, la fotografía e incluso la instalación de una cámara oscura, están centradas en la creación de nuevas imágenes a través de la luz y la materia.
El cambio en la sala se ha producido para conseguir unas mejoras estructurales con el fin de favorecer la difusión y el estudio de las obras por y para el público; todo sea por conseguir ese diálogo en la intimidad del museo entre el emisor y el receptor a través de la obra y el ambiente. En primer lugar, hubo una intervención arquitectónica en el espacio, para lo cual debieron retirarse todas las esculturas de su emplazamiento original. Aquí empezaba el viaje y se rompían los lemas: “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”. Posteriormente, cuando viene el vacío, viene la creación.
En la transformación de las salas y en su inevitable modernización, se ha optado por un concepto minimalista del espacio para facilitar la relación directa de la lectura de la obra de arte.

Lo que vemos en la exposición Trans·formare es cómo a través de un discurso totalmente poético y personal la imaginación y la memoria, incluso el homenaje, se desarrollan en la intimidad del claroscuro. Envoltorios velados que esconden rostros pendientes de descubrir identidades, historias. Una cierta descontextualización crea una nueva lectura del sujeto abre la puerta a interpretaciones no comunes e inesperadas. Estas imágenes, que yo denomino imágenes de profundis debido a su espiritualidad y misticismo, están embebidas de un gran pathos plastificado, envuelto en silencio pero presente en el brillo de los ojos de cada estatua, en el aliento que se escapa de sus labios y crea un vaho transparente en sus bolsas de cadáveres. Etiquetados. Efecto morgue. 



Trans·formare nos muestra qué ocurre tras las puertas cerradas de un museo en proceso de cambio. ¿Qué les sucede a las obras? Pues sucede que santos, vírgenes, cruces, querubines y angelotes permanecen presos, en correcta conservación y con materiales adecuados,  pero en burbujas de plástico al estilo Dexter Morgan.
Habitan paraísos artificiales, limbos, donde esperan quietos y melancólicos desprendiéndose de su pasado, dejándose reinventar en otros formatos, transformándose, cual ave fénix resurgiendo de sus propias cenizas.
Las esculturas y el espacio mismo que las abarca pasan por un proceso de stand by silencioso al son de renovarse o morir, renacer mejor. Waiting to be born. Una patada al memento-mori



Al mismo tiempo y como bien comenta la historiadora del arte (y magnífica profesora, por experiencia personal) Cristina Rodríguez Samaniego en el artículo que aporta al catálogo de la exposición, existe un gran proyecto de reflexión inspirado por Mnemosyne -diosa clásica de la razón y la memoria- y en el que también es perceptible la influencia de Aby Wargburg (1866-1929) y su Atlas. El recuerdo y el cambio se interrelacionan de forma coral y colaborativa en un tiempo/espacio que evoca el pasado y proyecta un futuro bajo una nueva mirada, imágenes de una nueva memoria. “El eterno retorno del todo nietzscheano, por el cual estas imágenes perviven y regresan a nosotros en un mismo movimiento, ad infinitum, siempre iguales pero siempre diferentes.”[1]




Por su parte, Ramón Casanova y Jorge Egea comentan[2] que la acumulación y enajenación de las obras respecto al orden de su origen les ha provocado a ellos y al grupo de artistas y estudiantes de Bellas Artes reacciones de proximidad en cuanto al trato con éstas y hasta nostalgia en torno al perdido esplendor de la forma y - por qué no aunque en menor modo - a las teorías iconográficas e iconológicas de Erwin Panofsky (1862-1968).





No obstante, si una de las misiones de la escultura es la fijación de una imagen contextualizada en la memoria, ¿qué efecto tiene sobre las imágenes el traslado desde su hábitat natural al museo laico, aséptico y reformativo? ¿sigue una imagen, fuera de su contexto y entorno, teniendo el mismo valor y significado, o se convierte en algo nuevo? Como dicen los dos comisarios: “Pensemos en el mensaje “no tocar” de la señalética museística, frente al beso del devoto fiel a las imágenes dentro de la Iglesia”.[3] Y si las obras de un espacio eclesiástico han pasado a un espacio museístico -ambos lugares públicos de exposición e íntimamente transitados - ¿qué ocurre cuando se encuentran en tierra de nadie, cuando pasan a un espacio privado no contemplativo? ¿quién observa esas imágenes, quién les rinde culto entonces, quién las acompaña en su silencio, qué ojos las poseen?
La respuesta viene de mano del equipo Confluencias (The Crossing Lab), con nombres como Rebecca Mutell, Adrián Arnau, Carles Bartolomé, Mónica Lou, Enric Passolas, Israel Ariño… que han trabajado dentro de la efímera y cambiante realidad instaurada durante el período en que el museo ha permanecido cerrado elaborando nuevas obras de arte, adentrándose en su significado, explorando sus historias…Nuevos trabajos que actúan como caleidoscopio icónico, según los artistas, entre la colección de origen del museo y las novedosas piezas de ahora creadas a partir del diálogo entre el arte clásico y la contemporaneidad.



Al final, las imágenes del museo Frederic Marès, se hacen personales para cada uno, como el ciclo de un círculo perfecto en el que se alinean la vida, la muerte y la resurrección, donde se renuevan los significados comunes y se recargan las pilas.   


Para más información:

Catálogo de exposición:

VVAA, TRANS•FORMARE, lecturas de la transformación del Museo Frederic Marès, Barcelona, Ayuntamiento y Universidad de Barcelona, 2011.

http://trans-formare.blogspot.com

www.museumares.bcn.es

www.ub.edu/bellesarts

www.israelarino.com

www.ramoncasanova.com

www.jorgeegea.com

TRANS•FORMARE. Lecturas de la transformación del Museo Frederic Marès. Comisariado: Jorge Egea y Ramón Casanova. Obras de varios artistas. Museo Frederic Marès (www.museomares.bcn.es) con la colaboración del Ayuntamiento y la Universidad de Barcelona. Hasta enero 2012.

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1.SAMANIEGO RODRIGUEZ, Cristina, “MNEMOSYNE(S).El eterno retorno de la imagen.” Catálogo de exposición: TRANS•FORMARE, lecturas de la transformación del Museo Frederic Marès, Barcelona, Ayuntamiento y Universidad de Barcelona, 2011, p.32.


2.CASANOVA Ramón y EGEA Jorge, “TRANS•FORMARE.” Catálogo de exposición: TRANS•FORMARE, lecturas de la transformación del Museo Frederic Marès, Barcelona: Ayuntamiento y Universidad de Barcelona, 2011, pp.38-45.

3.Ibídem.


"Ars longa, vita brevis"

4 comentarios:

  1. Wuau! Me ha encantado este artículo, super-hiper-mega-ultra-macro entretenido, la parte que dices "¿Qué les sucede a las obras? Pues sucede que santos, vírgenes, cruces, querubines y angelotes han estado presos, en correcta conservación y con materiales adecuados, pero en burbujas de plástico al estilo Dexter Morgan, paraísos artificiales, limbos, esa es la palabra, limbos, mientras esperaban en quietud y cierta melancolía, durmiendo, en coma, desprendiéndose de su pasado, dejándose reinventar en otros formatos, reencarnándose, transformándose...etc" es maravillosa, contiene una sensación poética que me entusiasma. Es muy buen trabajo, aportas muchas y muy buenas cosas en tu Blog, te felicito, un abrazo!!

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  2. muchas gracias Maseda, siempre es un placer leer tus comentarios jeje, tu sigue dándole fuerte a la poesía que escribes, son pequeños retales de sueños, me encantan. Nos leemos. ;)

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  3. Hola Patricia,

    Gracias por el interés, y enhorabuena por el rigor del artículo.

    saludos,
    Ramón Casanova

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  4. Gracias Ramón, un placer. El artículo está publicado en www.mamajuanadigital.com ;) Cualquier cosa, aquí estoy.

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