1.2 Visión
cinematográfica y filmografía conjunta
Un lustro es lo único que separa a estos dos hombres
de cine, por todo lo demás, podríamos decir que son como hermanos y que desde
que se conocieron, hace ya 17 años, no han hecho otra cosa que influenciarse el
uno al otro y crear juntos una nueva ácida visión del mundo del cine.
Fue el 15 de septiembre de 1992, en el “Toronto Film
Festival”, en Canadá, donde los directores se vieron las caras por primera vez.
Robert estaba allí porque presentaba al mundo la película El Mariachi, y Quentin era uno de los invitados al festival. Su
encuentro fue simple y casual, Robert había visto Reservoir Dogs y se acercó a Tarantino simplemente para felicitarle,
y aquello desencadenó una conversación sobre gustos e ideas en común.
“Nos
dimos cuenta de que éramos como dos chicos que acaban de llegar a su nuevo
colegio. Teníamos los mismos intereses y gustos y fue muy divertido, nos
hicimos colegas de inmediato. Hemos colaborado una y otra vez en la carrera del
otro: yo interpreté pequeños papeles en Desperado y en Abierto hasta el amanecer, que también escribí, Robert compuso la
banda sonora de Kill Bill 2,
yo dirigí una escena de Sin City, y ahora, nuestra gran colaboración ante el
público es Grindhouse.” [1]
Quentin
Tarantino
“Es
lo bonito de los festivales, conoces a otros bichos raros como tú, que tienen
los mismos intereses, así me tropecé con Tarantino y nos hicimos amigos de
enseguida. Empezamos a trabajar juntos casi de forma accidental.”[2]
Robert
Rodríguez
Tarantino se guía por una estética underground y rockanrollera,
unos diálogos rápidos y llenos de cultura pop norte americana, una influencia
de los cines de barrio de mediados de los 70, géneros de serie B o incluso Z,
blackxplotation, cine de Hong Kong, mujeres, palabrotas, gansters, violencia, y
sobre todo, sangre, mucha sangre.
“Es
lícito recrearse en la violencia en el arte porque los hermanos Lumiere
inventaron el cinematógrafo para mostrar cómo se besaba la gente y cómo se
mataba. El único género de verdad que existe es el de acción.”[3]
Quentin
Tarantino
“A
Quentin le entretiene la violencia, pero
no forma parte de su vida. No es como si estuviera liberando sus demonios, tan
solo está liberando todo aquello que le entretuvo según se iba haciendo mayor.
Es una de las personas más simpáticas y de gran corazón que he conocido.”[4]
Jonh Travolta.
Actor en Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)
Su cine reinterpreta lo ya existente, mitifica el
trabajo y los logros de otros pero de una manera muy personal, todo lleva su
sello. Crea sus personajes a partir de personas que existen en su vida real, y
repite con los mismos actores de una película a otra. Hay guiños propios y costumbres
que remarca y repite en sus obras, como por ejemplo, la marca ficticia de
cigarrillos “Red Apple” o de hamburguesas “Big Kahuna”, pero no sólo se trata
de objetos, sino también de planos, como los contrapicados desde el interior
del maletero de un coche, o los planos detalle que hace siempre de hermosos y
cuidados pies femeninos, y las escenas de "enfrentamiento mexicano",
en la que 3 o más personajes se apuntan mutuamente con pistolas al mismo
tiempo. Sus influencias van desde Hitchcock hasta Brian de Palma. Con un
increíble talento como dialoguista y guionista, solvente a la vez que elegante
e impactante, sustenta sus películas en una sólida base cinematográfica
adquirida, no en una escuela de cine, sino en el visionado directo del trabajo
de grandes directores que le influyeron notablemente.[5]
Cabe destacar que sus objetivos son referenciales, no crea innovaciones, sino
que hace remake de películas de otros.
Si se identifican las películas de este director dentro de un género
cinematográfico, este sería el género de acción.
Respecto a su futuro dentro de la industria del
cine, él comenta que no tardará en llegar el momento de decir adiós.
“No quiero acabar siendo un director geriátrico.
[…]Siempre he pensado que la vida artística de un director no es más larga que
la de un músico. Si eres un cantante de rock y en un momento empiezas a
versionar a Sinatra, es que algo no va bien. No quiero hacer películas para
pagarme la piscina o la pensión de mi ex mujer. Quiero que todas mis obras sean
exuberantes, que las nuevas generaciones se sientan iluminadas. Supongo que
cuando llegue a los 60 me dedicaré a escribir novelas críticas de cine, […].”[6]
Quentin Tarantino.
Rodríguez, sin embargo, se guía mayoritariamente por
una estética más local, lo que podríamos denominar “la Escuela de Austin”, que de
hecho existe, y es representada por la Austin Film Society,
en una mezcla de cinemateca y gestión cultural. Él confiesa que prefiere pensar
en Texas, antes que Austin, porque cree que en su mundo todo tiene que ver con
Texas. Lo que es Nueva Zelanda para Peter Jackson, o el norte de California
para Pixar, es lo que es Texas para
Robert, ya que es donde puede rodar en sus propios platós y estudios. En todo
caso, en las películas del director suelen mostrarse hombres rebeldes con
estética cowboys y pistolas, aunque muy lejos del género western. En sus obras
es común el bajo presupuesto, las mujeres de carácter fuerte y aire guerrero,
las explosiones, tiroteos, la violencia, el gore
y en algunos casos, unos toques de ciencia ficción. Sus influencias se ven muy
marcadas por John Carpenter y George Romero, aunque también por Bergman, Buñuel
o incluso el artista Dalí, Rodríguez confiesa que se siente marcado por el
surrealismo en el hecho de no seguir la lógica[7]. Aunque siempre hay excepciones, Rodríguez ha
realizado también películas de género familiar, como son Spy Kids y Shorts, y de
animación, como Las aventuras de Shark Boy
y Lava Girl en 3D, ambientadas
para un público más infantil. Rodríguez considera que está haciendo un tipo de
cine revolucionario, puesto que está fuera de la industria hollywoodiense, y se
dedica a hacer lo que tiene sentido para él. De alguna manera va creando su
propia forma de hacer películas, y el proceso termina cambiando el contenido. Esa
es la razón por la que puede trabajar como trabaja, porque confiesa tener la
libertad de estar lejos de la industria y limitarse a hacer lo que siente, ya
que no trata de impresionar a nadie para conseguir producción, pues él mismo se
subvenciona. De esta manera puede ser más creativo y arriesgado, y de alguna
manera, más revolucionario, simplemente porque esa es la consecuencia de estar
alejado de la influencia de cómo se hacen las cosas hoy en día.[8] Cabe
destacar que sus objetivos suelen ser estéticos, un ejemplo de ello es Sin City, pero
también expresivos, como la mayoría de los directores. Sus distintas películas
se clasificarían dentro de los géneros de acción, terror, y aventura.
La visión cinematográfica de estos directores es parecida
en cuanto a influencias y gustos pero distinta en cuanto a métodos de trabajo. Exceptuando
Four Rooms, cuando Rodríguez y
Tarantino han rodado juntos ha sido en películas de acción, y todo lo que ellas
abarcan: violencia, tiroteos, peleas, y sangre, mucha sangre. Si Tarantino
trabaja creando sobre el trabajo de otros, rueda con celuloide, deja en manos
de una mujer profesional, Sally Menke, el montaje de sus películas, y escoge
canciones ya existentes, de su colección particular, para crear la banda
sonora; Rodríguez sigue más el lema “do it yourself”, siendo él quien produce,
monta, rueda en formato digital, se encarga de la fotografía, de la dirección
artística, compone la música de toda la película…
“Somos
muy distintos como directores, pues del mismo guión creamos obras diferentes. A
mí me encanta usar la música original y a él componerla. Él escribe de una
manera increíble los diálogos, pero, si me diera para dirigir uno de los suyos,
yo lo haría incluso mejor.”[9]
Quentin
Tarantino
Su filmografía conjunta comienza en 1995 con la
colaboración de ambos en Four Rooms película
donde también encontramos a los directores Alexandre Rockwell y Allison Anders.
Aunque apenas se vieron durante el rodaje, dicha película sirvió de inicio de
lo que serían múltiples colaboraciones en los proyectos del uno y del otro desde
una relación de amistad y libre aportación de opiniones.
Ese mismo año Rodríguez rodó Desperado, y no dudó en contar con Tarantino para que interpretara
un pequeño papel; en realidad se trataba de un personaje con un monólogo (escrito por el propio Tarantino) y una
muerte rápida.
Satisfechos con el hecho de trabajar juntos,
Rodríguez, en 1996 volvió a disponer de Tarantino, esta vez como guionista,
productor ejecutivo y también como uno de los protagonistas de su nueva
película Abierto hasta el amanecer, donde
Quentin hacia de hermano psicópata de George Clooney, y juntos interpretaban a
una pareja de asesinos fugitivos que se enfrentan a una manada de vampiros. Fue en 2004, cuando Tarantino solicitó a
Rodríguez para la música de su película Kill
Bill 2, Robert sólo le cobró 1$ por el trabajo. El mismo año, Rodríguez
estaba inmerso en Sin City, proyecto
en el que Quentin dirigió una escena.
Sin duda, Grindhouse
es el mayor proyecto que han realizado los directores codo a codo, inspirándose,
influenciándose, haciéndose referencias mutuas, produciéndose, dirigiéndose el
uno al otro, apareciendo en cameos, en
el caso de Tarantino, que no deja de lado su faceta como actor, etc. La idea de
rodar este proyecto surgió de manera muy casual. Robert estaba una noche en
casa de Quentin admirando la colección de carteles de películas que tiene el
director, y de repente vio el cartel de unas películas de sesión continua, dos
al precio de una, que se producían en los 70, en los cines Grindhouse; en
concreto era el cartel de Dragstrip Girl & Rock all night, que a ambos directores les entusiasmaba.
Robert comentó que sería divertido hacer una película del estilo Grindhouse y
se pusieron a ello. Rodríguez ya tenía en mente lo que quería hacer, había
empezado a escribir un guión hacia unos 10 años, cuando rodaba The Faculty, que ahora le venía bastante
al caso. El guión trataba sobre una película de zombis. Tarantino, en cambio,
se decantó por una película slasher (un
asesino en serie que mata a hermosas adolescentes), pero se encargó de
transmitir su universo en ella, que es lo que hace siempre, trabajar sobre algo
ya inventado y le añadirle su sello personal.
En la actualidad, ambos directores, acaban de
finalizar otro proyecto en el que también participan otros directores, sobre un
tráiler falso incluido en Grindhouse
que ahora ha pasado a ser una autentica película, su titulo es Machete; cuenta la historia de un asesino
a sueldo mejicano. Generalmente, las colaboraciones de Rodríguez y Tarantino en
películas gustan a la crítica menos conservadora y desde luego, no decepcionan
a sus fans.
[1] CORRAL, J.M. Quentin Tarantino: excesos y cinefilia, Palma
de Mallorca: Dolmen editorial, 2005, pág. 165.
[2] Ibídem, pág. 178.
[3] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 30.
[4] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 23.
[5] Entrevista a Quentin Tarantino,
disponible en vídeo en: TCM- El cine que ya tenías que haber visto- Los 10 magníficos.
.
[6] ANÓNIMO. Entrevista a Quentin Tarantino. El Periódico de Catalunya: Dominical,
septiembre 2009, pág. 21.
[7] RINCÓN. R. Crítica de la
película Planet Terror. ABC, agosto
2007, pp. 78-79.
[8] LERMAN. G. Entrevista a Robert
Rodríguez. Imágenes, agosto 2007, pp.
50-53.
[9] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 45.
"Ars longa, vita brevis"