jueves, 30 de junio de 2011

OBJETOS DESCALIFICADOS

Ante todo perdón porque llego tarde, llego muy tarde a esta exposición que se realizó hace cosa de un año, del 12 de marzo al 22 de agosto del 2010, concretamente. Aun así, no la puedo dejar pasar por alto.

Soporte con vírgenes. Fritsch, 1987-1989
Organizada con piezas propias de la colección de arte contemporáneo de la fundación La Caixa, "Objetos descalificados" recoge una muestra de curiosos objetos cotidianos que ahora albergan un significado totalmente distinto al que podrían tener en su lugar común y rutinario.
La exposición presenta distintos campos artísticos como la pintura, la fotografía, la escultura, la instalación...todos ellos interrelacionándose a la vez con el espacio y entorno que habitan.
Recogiendo la influencia de artistas como Duchamp, el movimiento surrealista o el grupo Fluxus, entre muchos otros y expresándolo con la gracia de las tendencias posmodernas, los artistas indagan en el proceso de la acumulación, repetición, selección, (des)clasificación de los objetos, reflexionando así sobre el uso y el desuso, la nueva creación a partir del desuso, el enlace con la idea, y la importancia de las cosas mundanas de la sociedad de consumo o la crítica a la monotonía e impasividad del ser frente a desgracias diarias, y el problema entorno a la obra de arte única y su reproducción.

"Objetos descalificados" abarca 20 años en su interior, desde 1983 a 2002. Y los nombres de los autores de dichos objetos son sonados:
Katharina Fritsch, Christian Boltanski, Sophie Calle, Sherrie Levine, Allan McCollum, Carlos Pazos, Andreas Slominski, Ana Laura Aláez y Franz West.

Neus Miró, comisaria, acertó en traernos esta, simple en espacio pero profunda en meditación, exposición que dejó tan indiferentes a unos y marcó tanto a otros, como es mi caso, como para escribir una reseña un año después.

Si bien toda la idea podría haber empezado bebiendo de un objeto tan comercial como la Sopa Campbell de Warhol, se reafirma en los ready-made, y se expande en la ola de los '60 y los '70, estos objetos no se libran de estar impregnados de los restos emocionales de las personas que los poseyeron, vínculos que llevan a otros vínculos.

"Cuando los objetos se convierten en obras de arte pierden su función original y se abren a una nueva luz. Como en el caso de los documentos desclasificados que ven la luz por primera vez, estos objetos se insertan en nuevas narrativas, se descontextualizan y adquieren un nuevo código de lectura."
Comentan en las notas de prensa sobre la exposición en general, pero también refiriéndose en concreto al inquietante trabajo de Christian Boltanski, titulado Archivos del 1987 del diario "El Caso", 1989. Pues bien, yo no estoy de acuerdo. Esta obra de arte en concreto me tocó en cierto punto la moral afectiva. Quizás hoy en día lo estoy sacando de contexto, pero recuerdo que el año pasado, quizás estaba yo sensible aquel día vete tú a saber, el caso es que recuerdo que no me pareció bien, ya no para mí, sino incluso para las familias de los implicados, que se expusieran fotos de asesinatos, víctimas, asesinos, desaparecidos, etc, que formaron parte de un archivo confidencial que supuestamente protege los datos del individuo y más aun en este tipo de situaciones. ¿Quién ha decidido meter el dedo en una yaga tan profunda? ¿Boltanski? o ¿Mi extrema sensibilidad empática? No lo sé, igualmente aquello no me pareció bien. Puedes utilizar lo que quieras para crear arte, eso está claro, puedes alimentarte de TÚ dolor para crear arte, pero urgar en heridas de los demás para sacar una obra artística...no sé yo. Todo se puede, pero no todo se debe.
Personalmente, desconozco el proceso de esta obra, ni como se llevó a cabo, ni qué se habló, pactó o no se mencionó con los familiares o implicados directos de dichos archivos y fotografías, así que poco puedo decir, pero a nivel de mera opinión comentaré que si yo hubiera sido la madre de una de las desaparecidas o de las asesinadas no me hubiera gustado que la foto de mi hija, es más, que la foto del asesinato de mi hija, se expusiera al público de aquella manera y bajo aquel desconocimiento. Aquella habitación era como una cámara de los horrores, lo juro, mirarás donde mirarás no veías nada agradable, y si la imagen era borrosa, tu mente podía imaginar fácilmente el resto. Era como tener una gran herida abierta, como asaltar las peores pesadillas de un ser atormentado, como pisar el recuerdo de un ser querido.




Archivos de "el caso". Boltanski, 1989.
 
La obra de Boltanski pretendía jugar con los conceptos de tiempo/lugar/memoria y con la recreación de un espacio/escena. El espectador se veía envuelto por la obra. Él mismo declaró: «Mi trabajo […] es teatro sin texto, sin espectáculo.Lo que deseo es conseguir algo situado entre el teatro y la instalación». Entre las diferentes tipologías de obras que Boltanski ha creado hay, desde 1985, los denominados "Monumentos", que se definen como unas instalaciones de retratos fotográficos presentados en composiciones murales y con luces, de modo que el conjunto puede recordar los altares religiosos.
Y esta son las palabras que salvan el conjunto: altares religiosos. ¿Estaba Boltanski pretendiendo rendir homenaje a las victimas, pero también a los asesinos, al situarlos como si de cuadros de mártires se tratasen en el altar de una iglesia para honrar su alma? o por el contrario ¿Buscaba algo de fácil argumento teatral con lo que sabía que el espectador no quedaría indiferente? Quien sabe, no se dan más detalles, libre interpretación.


Hay otra obra que me impactó de cierto modo, dura también si se lee entre líneas y se piensa un poco, pero otra vez de la misma manera que con Boltanski, ¿Es la sensibilidad moral de la imaginación la que entra en juego?. La obra a la que me refiero es Juego de duelo, de Annette Messager, 1994. Una enorme red negra cubre a modo de velo una montaña de peluches de diferentes tamaños y colores. El espectador debe acercarse bastante para poder distinguir los objetos con claridad, aquí entra en juego el siniestro concepto, en este caso, de la mise-en-scène. Primero se observa un velo negro, y lo primero que viene a la mente es "muerte"; luego se distingue que es una red y que hay algo atrapado bajo ella, a medida que nos acercamos el horror se cierne ante nosotros, son ositos de peluche; y entonces la palabra que viene a la mente es "niños". Niños, red y muerte. Como la simplicidad de la unión de dos objetos puede desatar las múltiples relaciones de diversos significados. La mía fue el espectro de los niños sin infancia, véase los esclavos en talleres o los muertos de hambre. Los niños sin protección, que caen en Redes de prostitución o el mercado negro de la compra/venta. Los niños sin escapatoria, que han sufrido abusos y siguen sufriéndolos en silencio, sin salida, sin aire, atrapados. Y así una larga lista de ejemplos en los que el ser menor y desprotegido se ve atrapado en una red negra y oscura, una red asfixiante tal que mortal, que no está a la vista, una realidad presente pero de la que no somos conscientes, una realidad que se multiplica y ante la que deberíamos actuar.


Juego de duelo. Messager, 1994.

Pero no todo iba a ser horror diestro y siniestro en la exposición, también tenemos nuestras notas de color. El trabajo de Allan McCollum, 216 Sustitutos de yeso, 1987-1988, presenta una serie de surrotage paintings (surrotage podría traducirse como sustituto) que hacen referencia a la reducción de una sustancia a sus rasgos más esenciales. En su obra hay pintura, marco y lienzo, ¿Que no es lo que todos esperábamos cuando nos dicen que vamos a observar un cuadro? Bueno, eso depende del punto de vista bajo el que se analice, el autor no miente (bueno, miente él y miento yo al decir esto, porque lo que en realidad está presentando es una obra en yeso (material del que se nutren en su mayoría los souvenirs para trabajar lo mecanizado y seriado, repetido, criticando así la idea de pintura-objeto de compra, marketing de la masa) que está representando a un marco y un lienzo), está presentado una pintura, un marco y un lienzo en sí....además no hay ninguno igual al anterior. El debate aquí es la importancia que le damos al concepto y a la palabra "arte" y los diferentes significados que se pueden obtener aun así teniendo los mismos componentes.


216. McCollum, 1987-88.


 
"Ars longa, vita brevis"

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