miércoles, 1 de agosto de 2012

GRINDHOUSE III

2. Análisis audiovisual: Death Proof & Planet Terror.
2.1 Introducción al género Grindhouse.

¿Qué es el Grindhouse? Su traducción literaria sería: casa de chirridos. Se conocía así a las salas de cine de los años 70 que proyectaban películas en sesión doble, dos al precio de una, pero que solían ser unas copias de mala calidad de cine de serie Z, donde reinaba el terror, el humor negro, el gore, el sexo, la violencia y el bajo presupuesto. Estas cintas se rodaban en un corto plazo de tiempo y sin prestar mucha atención a los detalles, además eran publicitadas en carteles demasiado explícitos e impresos con mala tinta, sin embargo, se convertían en portada de las revistas pulp de la época. Normalmente, en este tipo de producciones, la calidad del rodaje era pésima, la imagen estaba desenfocada, la cámara se movía a destiempo, los virados no estaban bien hechos, a veces incluso faltaban rollos, que se perdían mientras las únicas 5 copias existentes de la película recorrían estado tras estado. Los cines Grindhouse son herederos de los drive-in (autocines estadounidenses) de los años 60, donde se podía ver todo lo que Hollywood no quería que se viese, pero este género acabó muriendo en los 80, con el lema de Sony “un vídeo en cada hogar”, fue cuando se cerraron los drive-in definitivamente, y los movie theaters. El Grindhouse se había extinguido.




Planet Terror cuenta la historia del caos que propaga un gas venenoso en una pequeña ciudad de Texas. Dicho gas convierte a quien lo inhale en “zombi”. El infeliz matrimonio de doctores William y Dakota Block son los primeros en darse cuenta de los cambios que está sufriendo la gente de su alrededor. Por otro lado, Cherry, una go-go con una pierna metralleta, puesto que perdió su auténtica pierna por el ataque de uno de estos zombis en la carretera, y Wray, su pareja, dirigen un espontáneo equipo de guerreros para combatir a la población zombi, adentrándose en una noche que será muy dura, larga y sangrienta. Mientras el gas se extiende, los supervivientes lucharán por encontrar el último rincón seguro en el mundo.
Rodríguez comenta que su película se encuentra entre el cine de terror y el de ciencia ficción. En toda la película hay un ambiente de tensión entre la esperanza y el miedo. El mundo es horrible porque se está convirtiendo en algo científicamente antihumano, existe un mensaje de que el convencimiento de las estructuras sociales y la propia condición humana están condenados a la catástrofe de las fuerzas malignas, que no son otra cosa que la deformación neurótica de sus propios temores. La agresión entre seres humanos, la violencia como tal, e incluso el asco y la repugnancia que ello nos provoca, no es más que una estrategia que, en este tipo de películas, se convertirá en parodia.


Los personajes están bien escritos y tienen una relación muy fuerte los unos con los otros, en parte es lo que va a hacer que todo tenga un poco de sentido, ya que es una película bastante alocada, comenta el director. Los personajes son caricaturescos, parecen extraídos de la historia de un comic. Rodríguez se ha rodeado de un curioso reparto, que incluye algunos de sus actores recurrentes y miembros de su propia familia. Confiesa ser un nepotista y sólo trabaja con gente que ya conoce de antes y que sabe que va a cumplir. Robert, también se permite trabajar con algunos veteranos más o menos ilustres.

Esta es gente  con la que siempre he querido trabajar. Creo que Jeff Fahey es fantástico, y siempre había querido hacer algo con Michael Biehn.”[1]
Robert Rodríguez

Quería contratar a gente con la que siempre quise trabajar. Tenía tantos personajes que tuve que parar de escribir. Cuando estaba a la mitad del guión sentí que tenía que ponerme a buscar actores, porque quería ponerles caras a esos personajes para poder describirlos mejor en el papel.”[2]

Robert Rodríguez



Death Proof cuenta la historia de stuntman Mike, una vieja gloria del cine que trabajaba como especialista en escenas de acción. Una vez retirado, Mike se dedica a conducir su Chevy Nova del 1970 cuya principal característica es que es a prueba de muerte (de ahí el título de la película). stuntman Mike acecha a jóvenes incautas para asesinarlas después haciendo uso de su arma homicida, su coche.

Death Proof mezcla el género slasher - cuyas películas se ceñían a un patrón invariable: psicópata mata aleatoria y salvajemente durante todo el metraje a adolescentes en lugares dejados de la mano de Dios, como pueblos de Kentucky y lugares similares - con las persecuciones de coches más reales, clásicas e impactantes de los 1970.
Tarantino dice sobre su propia película que está dirigida a las generaciones más jóvenes, que no conocen un cine así, y que con Death Proof pueden experimentar todo lo que conlleva el cine Grindhouse. El director suele pensar que el cine con el que ha crecido es mejor que el actual y echa de menos las sesiones continuas, las grandes salas del centro, la experiencia que se adquiría antes sólo por ir al cine. Se lamenta de que  hoy en día, todos esos complejos de multicines en los centros comerciales están terminando con esa experiencia. Le desagrada que con tantos anuncios como ponen antes de que comience la película, cada vez, el hecho de ir al cine, sea más parecido a ver la tele. Con reinvenciones como Death Proof tiene la aspiración a convertirse en el Godard de la posmodernidad hollywoodiense.

Los personajes de esta película son básicamente dos grupos de mujeres, muy distintas unas de otras, que serán víctimas del terrible asesino, stuntman Mike. Tarantino comenta que los personajes han sido creados con un gran afán de realismo y, por ejemplo, todos los roles femeninos se basan en mujeres a las que él ha conocido. Quentin destaca que aunque las haya vestido con pantalones cortos y camisetas ajustadas, ha intentado que quedase claro que hay un corazón, unos anhelos y mucha inteligencia en todas ellas. 





[1]  A.G. Reportaje sobre Grindhouse. Fotogramas, agosto 2007, pp. 102-103.
[2] ANÓNIMO. Reportaje sobre Planet Terror. Imágenes, agosto 2007, pp. 44-53.



"Ars longa, vita brevis"

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