martes, 31 de julio de 2012

GRINDHOUSE II

1.2  Visión cinematográfica y filmografía conjunta



Un lustro es lo único que separa a estos dos hombres de cine, por todo lo demás, podríamos decir que son como hermanos y que desde que se conocieron, hace ya 17 años, no han hecho otra cosa que influenciarse el uno al otro y crear juntos una nueva ácida visión del mundo del cine.
Fue el 15 de septiembre de 1992, en el “Toronto Film Festival”, en Canadá, donde los directores se vieron las caras por primera vez. Robert estaba allí porque presentaba al mundo la película El Mariachi, y Quentin era uno de los invitados al festival. Su encuentro fue simple y casual, Robert había visto Reservoir Dogs y se acercó a Tarantino simplemente para felicitarle, y aquello desencadenó una conversación sobre gustos e ideas en común.

“Nos dimos cuenta de que éramos como dos chicos que acaban de llegar a su nuevo colegio. Teníamos los mismos intereses y gustos y fue muy divertido, nos hicimos colegas de inmediato. Hemos colaborado una y otra vez en la carrera del otro: yo interpreté pequeños papeles en Desperado y en Abierto hasta el amanecer, que también escribí, Robert compuso la banda sonora de  Kill Bill 2, yo dirigí una escena de Sin City, y ahora, nuestra gran colaboración ante el público es Grindhouse.” [1]
Quentin Tarantino

“Es lo bonito de los festivales, conoces a otros bichos raros como tú, que tienen los mismos intereses, así me tropecé con Tarantino y nos hicimos amigos de enseguida. Empezamos a trabajar juntos casi de forma accidental.”[2]
Robert Rodríguez

Tarantino se guía por una estética underground y rockanrollera, unos diálogos rápidos y llenos de cultura pop norte americana, una influencia de los cines de barrio de mediados de los 70, géneros de serie B o incluso Z, blackxplotation, cine de Hong Kong, mujeres, palabrotas, gansters, violencia, y sobre todo, sangre, mucha sangre.

“Es lícito recrearse en la violencia en el arte porque los hermanos Lumiere inventaron el cinematógrafo para mostrar cómo se besaba la gente y cómo se mataba. El único género de verdad que existe es el de acción.”[3]
Quentin Tarantino

“A  Quentin le entretiene la violencia, pero no forma parte de su vida. No es como si estuviera liberando sus demonios, tan solo está liberando todo aquello que le entretuvo según se iba haciendo mayor. Es una de las personas más simpáticas y de gran corazón que he conocido.”[4]

Jonh Travolta. Actor en Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994)

Su cine reinterpreta lo ya existente, mitifica el trabajo y los logros de otros pero de una manera muy personal, todo lleva su sello. Crea sus personajes a partir de personas que existen en su vida real, y repite con los mismos actores de una película a otra. Hay guiños propios y costumbres que remarca y repite en sus obras, como por ejemplo, la marca ficticia de cigarrillos “Red Apple” o de hamburguesas “Big Kahuna”, pero no sólo se trata de objetos, sino también de planos, como los contrapicados desde el interior del maletero de un coche, o los planos detalle que hace siempre de hermosos y cuidados pies femeninos, y las escenas de "enfrentamiento mexicano", en la que 3 o más personajes se apuntan mutuamente con pistolas al mismo tiempo. Sus influencias van desde Hitchcock hasta Brian de Palma. Con un increíble talento como dialoguista y guionista, solvente a la vez que elegante e impactante, sustenta sus películas en una sólida base cinematográfica adquirida, no en una escuela de cine, sino en el visionado directo del trabajo de grandes directores que le influyeron notablemente.[5] Cabe destacar que sus objetivos son referenciales, no crea innovaciones, sino que hace remake de películas de otros. Si se identifican las películas de este director dentro de un género cinematográfico, este sería el género de acción.
Respecto a su futuro dentro de la industria del cine, él comenta que no tardará en llegar el momento de decir adiós.

No quiero acabar siendo un director geriátrico. […]Siempre he pensado que la vida artística de un director no es más larga que la de un músico. Si eres un cantante de rock y en un momento empiezas a versionar a Sinatra, es que algo no va bien. No quiero hacer películas para pagarme la piscina o la pensión de mi ex mujer. Quiero que todas mis obras sean exuberantes, que las nuevas generaciones se sientan iluminadas. Supongo que cuando llegue a los 60 me dedicaré a escribir novelas críticas de cine, […].”[6]
Quentin Tarantino.

Rodríguez, sin embargo, se guía mayoritariamente por una estética más local, lo que podríamos denominar “la Escuela de Austin”, que de hecho existe,  y es representada por la Austin Film Society, en una mezcla de cinemateca y gestión cultural. Él confiesa que prefiere pensar en Texas, antes que Austin, porque cree que en su mundo todo tiene que ver con Texas. Lo que es Nueva Zelanda para Peter Jackson, o el norte de California para  Pixar, es lo que es Texas para Robert, ya que es donde puede rodar en sus propios platós y estudios. En todo caso, en las películas del director suelen mostrarse hombres rebeldes con estética cowboys y pistolas, aunque muy lejos del género western. En sus obras es común el bajo presupuesto, las mujeres de carácter fuerte y aire guerrero, las explosiones, tiroteos, la violencia, el gore y en algunos casos, unos toques de ciencia ficción. Sus influencias se ven muy marcadas por John Carpenter y George Romero, aunque también por Bergman, Buñuel o incluso el artista Dalí, Rodríguez confiesa que se siente marcado por el surrealismo en el hecho de no seguir la lógica[7].  Aunque siempre hay excepciones, Rodríguez ha realizado también películas de género familiar, como son Spy Kids y Shorts, y de animación, como Las aventuras de Shark Boy y Lava Girl en 3D, ambientadas para un público más infantil. Rodríguez considera que está haciendo un tipo de cine revolucionario, puesto que está fuera de la industria hollywoodiense, y se dedica a hacer lo que tiene sentido para él. De alguna manera va creando su propia forma de hacer películas, y el proceso termina cambiando el contenido. Esa es la razón por la que puede trabajar como trabaja, porque confiesa tener la libertad de estar lejos de la industria y limitarse a hacer lo que siente, ya que no trata de impresionar a nadie para conseguir producción, pues él mismo se subvenciona. De esta manera puede ser más creativo y arriesgado, y de alguna manera, más revolucionario, simplemente porque esa es la consecuencia de estar alejado de la influencia de cómo se hacen las cosas hoy en día.[8] Cabe destacar que sus objetivos suelen ser estéticos,  un ejemplo de ello es Sin City, pero también expresivos, como la mayoría de los directores. Sus distintas películas se clasificarían dentro de los géneros de acción, terror, y aventura.

La visión cinematográfica de estos directores es parecida en cuanto a influencias y gustos pero distinta en cuanto a métodos de trabajo. Exceptuando Four Rooms, cuando Rodríguez y Tarantino han rodado juntos ha sido en películas de acción, y todo lo que ellas abarcan: violencia, tiroteos, peleas, y sangre, mucha sangre. Si Tarantino trabaja creando sobre el trabajo de otros, rueda con celuloide, deja en manos de una mujer profesional, Sally Menke, el montaje de sus películas, y escoge canciones ya existentes, de su colección particular, para crear la banda sonora; Rodríguez sigue más el lema “do it yourself”, siendo él quien produce, monta, rueda en formato digital, se encarga de la fotografía, de la dirección artística, compone la música de toda la película…

“Somos muy distintos como directores, pues del mismo guión creamos obras diferentes. A mí me encanta usar la música original y a él componerla. Él escribe de una manera increíble los diálogos, pero, si me diera para dirigir uno de los suyos, yo lo haría incluso mejor.”[9]

Quentin Tarantino

Su filmografía conjunta comienza en 1995 con la colaboración de ambos en Four Rooms película donde también encontramos a los directores Alexandre Rockwell y Allison Anders. Aunque apenas se vieron durante el rodaje, dicha película sirvió de inicio de lo que serían múltiples colaboraciones en los proyectos del uno y del otro desde una relación de amistad y libre aportación de opiniones.
Ese mismo año Rodríguez rodó Desperado, y no dudó en contar con Tarantino para que interpretara un pequeño papel; en realidad se trataba de un personaje con un monólogo  (escrito por el propio Tarantino) y una muerte rápida.
Satisfechos con el hecho de trabajar juntos, Rodríguez, en 1996 volvió a disponer de Tarantino, esta vez como guionista, productor ejecutivo y también como uno de los protagonistas de su nueva película Abierto hasta el amanecer, donde Quentin hacia de hermano psicópata de George Clooney, y juntos interpretaban a una pareja de asesinos fugitivos que se enfrentan a una manada de vampiros.  Fue en 2004, cuando Tarantino solicitó a Rodríguez para la música de su película Kill Bill 2, Robert sólo le cobró 1$ por el trabajo. El mismo año, Rodríguez estaba inmerso en Sin City, proyecto en el que Quentin dirigió una escena.
Sin duda, Grindhouse es el mayor proyecto que han realizado los directores codo a codo, inspirándose, influenciándose, haciéndose referencias mutuas, produciéndose, dirigiéndose el uno al otro, apareciendo en cameos, en el caso de Tarantino, que no deja de lado su faceta como actor, etc. La idea de rodar este proyecto surgió de manera muy casual. Robert estaba una noche en casa de Quentin admirando la colección de carteles de películas que tiene el director, y de repente vio el cartel de unas películas de sesión continua, dos al precio de una, que se producían en los 70, en los cines Grindhouse; en concreto era el cartel de Dragstrip Girl & Rock all night,  que a ambos directores les entusiasmaba. Robert comentó que sería divertido hacer una película del estilo Grindhouse y se pusieron a ello. Rodríguez ya tenía en mente lo que quería hacer, había empezado a escribir un guión hacia unos 10 años, cuando rodaba The Faculty, que ahora le venía bastante al caso. El guión trataba sobre una película de zombis. Tarantino, en cambio, se decantó por una película slasher (un asesino en serie que mata a hermosas adolescentes), pero se encargó de transmitir su universo en ella, que es lo que hace siempre, trabajar sobre algo ya inventado y le añadirle su sello personal.

En la actualidad, ambos directores, acaban de finalizar otro proyecto en el que también participan otros directores, sobre un tráiler falso incluido en Grindhouse que ahora ha pasado a ser una autentica película, su titulo es Machete; cuenta la historia de un asesino a sueldo mejicano. Generalmente, las colaboraciones de Rodríguez y Tarantino en películas gustan a la crítica menos conservadora y desde luego, no decepcionan a sus fans.



[1] CORRAL, J.M. Quentin Tarantino: excesos y cinefilia, Palma de Mallorca: Dolmen editorial, 2005, pág. 165.
[2] Ibídem, pág. 178.
[3] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 30.
[4] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 23.
[5] Entrevista a Quentin Tarantino, disponible en vídeo en: TCM- El cine que ya tenías que haber visto- Los 10 magníficos. .
[6]  ANÓNIMO. Entrevista a Quentin Tarantino. El Periódico de Catalunya: Dominical, septiembre 2009, pág. 21.
[7] RINCÓN. R. Crítica de la película Planet Terror. ABC, agosto 2007, pp. 78-79.
[8] LERMAN. G. Entrevista a Robert Rodríguez. Imágenes, agosto 2007, pp. 50-53.
[9] CORRAL (2005). Op. cit. pág. 45.



"Ars longa, vita brevis"

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