domingo, 29 de agosto de 2010

JOHN CURRIN. Y la figuración satírica y sexual.

Thanksgiving.  2003, óleo sobre lienzo, 172x132 cm. Londres, Sadie Coles HQ.

























La mezcla entre la pintura del Renacimiento, las revistas de cultura popular y las modelos actuales. La exageración y distorsión del cuerpo femenino.

Nacido en Boulder, Colorado, EEUU, en 1962, es uno de los más revolucionarios en cuanto a la figuración actual. Lo suyo son los retratos o las escenas de género pero bajo un particular punto de vista. Pinturas minuciosas, de aspecto burgués incluso, parecen ironizar contra la emotividad que ofrecían los neoexpresionistas de los ochenta. Su manera de retratar a sus personajes, sobre todo a las mujeres, es cercana al manierismo italiano, o incluso al renacentista alemán Cranach. Aunque en sus cuadros también asoma la carnalidad de las figuras de Picabia, o el imaginario tradicional de Norman Rockwell o Grant Wood.


El culto al cuerpo, algunas actitudes encorsetadas o cierta hipocresía en las relaciones sociales son algunos de los trasfondos de sus lienzos, que nos enfrentan  con la debilidad humana, sin tapujos, como antaño podía sólo vislumbrarse en las escenas de género. Por ejemplo, en su obra "Acción de gracias", el pintor parece ofrecernos detrás de una imagen festiva un símbolo de relajación moral por medio de tres mujeres con el mismo rostro. La mujer más mayor viste con hábito franciscano, mientras que las mujer más exaltada abre su boca a los sentidos. Ahí está la gracia. Currin incide así en ciertos comportamientos decadentes y vulgares del ser humano moderno, de los que él mismo es cómplice, convirtiéndolos en caricatura, pero siempre en un entorno ilusionista de paradójica belleza.
¿Courbet o la estética del XXI?

¿Realidad o ficción?

¿Cranach o Scarlet Johanson?



"Ars longa, vita brevis"

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