martes, 17 de agosto de 2010

VANIDAD DE VANIDADES

 
Nacemos para morir, y nos pasamos toda la vida pensando en el más allá, obsesionados con la idea de la muerte. El culto a los cráneos es algo muy antiguo, incluso antes de que llegaran las Vanitas al arte, que es de lo que vamos a escribir aquí. No obstante, las Vanitas no tienen un carácter apotropaico como sucedía en la antigüedad, sino todo lo contrario, una función moral: concienciar con la imagen de la muerte para que se perfeccione el comportamiento en vida. Y esta costumbre nos llega desde la antigua Roma, desde los mosaicos de diminutas teselas, que lo que hacen es traspasar a lo material el tempus fugit virgiliano.

                       Memento mori, mosaico, siglo I, Pompeya, M.N.Arqueología)
En la A.E.M (Alta Edad Media), dominaba una representación artística religiosa en la cual ya aparecian los esqueletos como protagonistas, véase las participaciones de estos en los manuscritos de las Danzas Macabras.





Y así el "triunfo de la muerte" y sobre todo en el arte, fue extendiéndose por el mundo. En el Renacimiento, donde se supone que el hombre reina por encima de todo, encontramos una alusión bien clara en el fresco de la Trinidad de Masaccio. Donde los huesos de Adam nos susurran: "fui lo que eres, serás lo que soy". Pero es, sin lugar a dudas, en el Barroco cuando este género calavérico y mortecino se explotará con más medios y significados. Desde Caravaggio hasta Zurbarán, se encontraran imágenes de monjes y santos que sostienen calaveras entre sus manos a modo de reflexión. No se puede olvidar tampoco al género de naturaleza muerta o mesa "sucia" o "desordenada" (también se les puede llamar así) donde en primer plano y como absoluta protagonista se mostrará la muerte, el cráneo, que nos recuerda la fugacidad de lo que es la realidad, de lo que somos de verdad. Se sostienen dicha afirmación con elementos naturales tales como mariposas, moscas, o flores muertas, velas, libros cultos, bolas del mundo, relojes de arena...elementos que nos recuerdan el poco tiempo que tenemos en vida, lo poco que ésta es, para que nos esforcemos en tener un mejor porvenir. Este fenómeno se puede localizar en todo el mundo, pero fue en el siglo de oro de la pintura española, en época barroca, donde tuvo más bombo.






¿Qué conclusión sacamos pues sobre la brevedad de la vida? La reflexión de finales del del siglo XX y principios del  XXI es la de vivir la vida al máximo. El concepto moral ha cambiado. Ahora no se trata de ser buenos para poder obtener una recompensa del más allá, sino de burlar a la muerte en vida, de exprimir el tiempo y las posibilidades al máximo.


Calavera. Warhol, 1976, París.




Mickey Mouse, Nicolas Rubinstein, 2005.

 


Entonces, ¿adaptamos el arte a la época dependiendo de lo que queramos oír?, ¿malinterpretamos conceptos o les damos nuevos significados?, si la mitad de la población es atea, agnóstica o de otras diversas creencias religiosas, ¿por qué la muerte sigue teniendo tanta importancia por ser representada sabiendo que no causará los mismos efectos?, ¿se ha perdido el respeto y la calavera ha pasado de ser la reina al bufón? o ¿todo es sólo y puro morbo?



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2 comentarios:

  1. El mosaico del Museo Nacional (de Nápoles, ¿verdad?) es una maravilla. Justo ahora estoy estudiando los estilos pictóricos y musivarios pompeyanos.

    Me encanta este blog, y gracias por seguirnos ^^

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  2. Qué jugosa toda la información que estás poniendo...

    Ahora que veo que has vuelto al blog te seguiré la pista más asiduamente, así que ánimo. Seguiré leyéndote :)

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